Lobos sucios
Sinopsis de la película
Manuela (Marian Álvarez), una minera que sufre el rechazo de los demás por ser medio bruja, decide robar a los nazis para tratar de curar a su hija enferma. En esta aventura, cuenta con la ayuda de Candela (Manuela Vellés), su hermana pequeña. Lo que se pretende es mostrar cómo dos mineras gallegas pudieron cambiar el curso de la historia durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La película está ambientada en las minas gallegas de wolframio que fueron explotadas por los nazis durante la guerra y se inspira libremente en hechos, historias y personajes reales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lobos sucios
- Año: 2015
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
5.5
42 valoraciones en total
A la sombra del gran estreno nacional de esa misma semana -Julieta de Pedro Almodóvar- llegaba también una interesante y pequeña producción gallega que narra un oculto capítulo del nazismo en la Galicia deprimida y hambrienta de la posguerra: Lobos sucios.
En dicho capítulo e inspirándose en hechos reales se nos cuenta la historia de las hermanas Touza, piezas importantes de la resistencia que se estableció en la Galicia de los años 40 contra los nazis, falsos benefactores en época de hambruna y establecidos en las regiones gallegas con minas de wolframio -también denominado tungsteno-, mineral que extraían con la connivencia de la dictadura franquista gracias a la mano barata de los presos políticos de la zona. La extracción del wolframio era clave para la posterior fabricación de tanques y armamento pesado del ejército nazi.
La película está realizada por el joven director gallego Simón Casal (autor del telefilm autobiográfico sobre la figura del también gallego Eduardo Barreiros y titulado Eduardo Barreiros, el Henry Ford español) y cuenta con la inestimable participación de Manuela Vellés -en quizás su mejor papel tras Secuestrados- y de, sobre todo, la notable capacidad interpretativa de una formidable Marian Álvarez.
La historia sorprende por desconocida. La labor que desempeñó la férrea censura franquista en ocultar la colaboración con los nazis en las minas así como el propio interés de las hermanas por que la historia no saliera a la luz, han provocado que nos presentemos en el siglo XXI llenos de ignorancia sobre capítulos tan humanos y tan heroicos que deberían de ser objeto de estudio. Lobos sucios, lamentablemente con poca distribución y exhibición fuera de las grandes capitales (en Zaragoza no ha llegado a estrenarse), cuenta la historia de Manuela (Marian Álvarez), una minera gallega con dotes de meiga que tiene una hija enferma, motivo por el cual roba wolframio de la mina para vender de estraperlo y obtener un rédito que pueda pagar su cuidado. Candela (Manuela Vellés), hermana de Manuela, apoyada por un núcleo rebelde comienza a ayudar a judíos a cruzar el Miño y así llegar a Portugal, vía previa para llegar a América y huir así del terror del nazismo.
La historia combina la explotación del wolframio por los nazis, la opresión de los prisioneros republicanos por los alemanas y la liberación de judíos. Todo ello con todo lo referente a Ahnenerbe de fondo, la secta ocultista nazi que trató de derrocar el cristianismo y fundar una nueva religión germánica pagana que hiciera olvidar el cristianismo. Esto último se percibe a pinceladas a través del gran interés místico que el representante nazi posee en Manuela y las cuevas del bosque de tejos. Una mezcla entre brujería y ciencias ocultas en las que que gran parte del ejército creía y que cobra mayor fuerza en la figura de Heinrich Himmler, comandante en jefe de las SS, quién profesaba una fe ciega en las fuerzas desconocidas que nos rodean.
La película es profundamente oscura, no solo visualmente ya que gran parte de las escenas se desarrollan en las minas o en la noche del bosque, sino también por ciertos personajes. Desde la amargura y pesar de quién no tiene apenas nada y es capaz de casi cualquier cosas por su hija -Manuela-, pasando por los presos mineros rodeados de nada y que desempeñarán una importante labor de rebelión, o incluso los guardia civiles que servían de brazo armado de los nazis. Todo a excepción de la bisoñez y candidez que dibuja el rostro de esperanza de Candela. Tan valiente como irresponsable, tan humana como extraordinaria.
La película avanza con interés aunque ves venir los acontecimientos que nos esperan en su tramo final. En el debe de la película podemos incluir cierta previsibilidad en los acontecimientos, cierta frialdad también en algunos momentos que quizás necesitaban de más garra e incluso algún personaje que aleja de la realidad de la historia, más concretamente me refiero a los líderes de la resistencia. En cualquier caso y a pesar de quizás cierta inexperiencia en la dirección la película compensa al espectador al aportar una historia necesaria y desconocida hasta la fecha por la gran mayoría. Interesante.
Lo mejor: Marian Álvarez. La fuerza de la historia. La utilización del francés y alemán, además del castellano.
Lo peor: Resulta algo previsible. El romance algo forzado.
VALORACIÓN:
Fotografía: 6
Banda sonora: 5,5
Interpretación: 7
Dirección: 6
Guión: 6,5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6,15
@hilodeseda – http://www.habladecine.com
Los pequeños detalles costumbristas, históricos y visuales hacen que coja forma esta historia, con vestuario y ambientación trabajada, y una Marián Álvarez sublime, osca y frágil a la vez, con carácter y corazón, comunicativa, intensa y visceral. El logro de la cinta es ensalzar los pequeños momentos, los últimos del escalafón son los que suman la grandeza de los hechos. Las circunstancias específicas engrandecen los actos y las figuras. Un estilo claro, capaz de aunar la realidad y sin dejar de perder de vista el referente. Un elenco actoral con peso, con personajes más reales que la ficción y con un guión hecho a base de limaduras continuas. Una banda sonora débil y frágil que no ayuda en los primeros momentos de empatía, pero coge fuerza con el devenir de la tensión narrativa.
Curioso drama español basado en una desconocida historia real que hubiese resultado más interesante con un director más experimentado. El realizador, debutante en la gran pantalla aunque forjado en televisión, no consigue imprimirle fuerza ni ritmo al relato y cae en los típicos errores de principiante de querer contar demasiadas cosas en una única película (tenemos nazis y judios, franquistas, y guerrilleros, triángulos amorosos, dramas familiares, planes de fugas, de atracos, hasta detalles de cine fantástico) y siempre de manera previsible y tópica, hasta el punto que su tramo final parece completamente irreal para una historia de este estilo.
Pero no todo es negativo, el filme cuenta con la gran baza de tener de protagonistas a las actrices Marian Álvarez y Manuela Vellés que consiguen dotar de intensidad un par de logradas escenas melodramáticas. Por lo demás, se agradece que vayan encontrando su hueco en la cartelera películas españolas de producción más limitada que las que vemos anunciadas siempre en televisión, aunque no sean del todo satisfactorias como ésta.
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El debut de Simon Casal no puede ser mas afortunado. Una parte de la historia de España desconocida. Aprovecha también cierto los tópicos de los gallegos. Pero eso a veces no es un handicap. Hay que ver mas alla de los tópicos. A veces funcionan y otras no. Esta ocasión lo hace mas interesante. Un film que habla de la capacidad del ser humano para sacrificarse por los demas. La historia de dos hermanas que sin quererlo se meten en un embolao y a la larga en la Segunda guerra civil. Donde el sabotaje a una mina es el detonante de la historia. La fotografía y la música también juega un papel fundamental en el desarrollo de la historia. Una buena historia para descubrir.
El rigor al enfrentarse a un trabajo de una determinada época, debe concretarse en algo más que la puesta en escena o la ambientación. Los diálogos, los comportamientos tendrían que ofrecerse de la manera más real, aunque la historia forzase otros.
Simón Casal ha puesto todo el empeño en mostrarnos lo que quería, tan solo disfrazando a sus actores, cuyos diálogos se encontraban inmersos en el siglo XXI, alejados de la primera mitad del XX, momento donde transcurre la historia.
Algo ha fallado, porque en ningún instante, sientes a esos personajes cercanos, aunque la historia se encuentre teñida de una cotiidana familiaridad impuesta.