Las maletas de Tulse Luper. La historia de Moab
Sinopsis de la película
Primera entrega de la larga y enigmática historia del escritor Tulse Luper (JJ Feild), que abarca desde 1928, con el descubrimiento de una sustancia llamada Uranio, hasta la caída del muro en 1989. Luper se pasa la vida de prisión en prisión (en total 16). La causa de su encarcelamiento es su relación con una familia germano-americana que está a punto de llegar a Europa con la intención de hacer turbios negocios, aprovechando la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Detalles de la película
- Titulo Original: The Tulse Luper Suitcases. Part 1: The Moab Story aka
- Año: 2003
- Duración: 127
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Opinión de la crítica
Película
5.1
44 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Albert Kitzl
- Ana Torrent
- Anna Galiena
- Benjamin Davies
- Caroline Dhavernas
- Deborah Harry
- Drew Mulligan
- Enrique Alcides
- Francesco Salvi
- Franka Potente
- Isabella Rossellini
- Ivan Massagué
- Jack Wouterse
- JJ Feild
- Jordi Mollà
- Kevin Tighe
- Michèle Bernier
- Molly Ringwald
- Naim Thomas
- Nigel Terry
- Nilo Mur
- Oriol Vila
- Ornella Muti
- Patrick Kennedy
- Raymond J. Barry
- Ricard Sales
- Ronald Pickup
- Scot Williams
- Steven Mackintosh
- Tom Bower
- Valentina Cervi
- Yorick Van Wageningen
A estas alturas creo que hay cosas que dejar claras, coincido con la crítica del usuario Bickle en que este director no es un director para todos, pero esto ya no es una novedad, Greenaway te gusta o no y nunca podrás pasar de una postura a otra.
No vi la segunda ni la tercera parte aún, pero adoré esta.
Es cierto que quien no ha seguido el cine de Greenaway no entenderá muchisimas cosas.
Muchas cosas son ciertas, pero ninguna más cierta que este director que algunos pretenden no catalogarlo como tal, es un artista de los más integrales que ha conocido el cine.
Visualmente es maravilloso descubrir que a esta altura él vuelva a filmar al estilo de su primera obra The Falls , época donde estaba en el cine experimental. La estética de Moab es muy parecida a aquella loca película del famoso episodio desconocido de violencia.
Obviamente todas las autorreferencias de Greenaway a su obra son para quienes la conocen y aunque esto provoque como primer pensamiento que él es un pedante yo creo que él esta en un nivel donde lo que hace no es pedantería, sino que está dejando fluir como nunca todo su talento, su cultura, su arte. Es un placer como siempre ver a Greenaway en acción, en éste primer episodio dejando en ridículo tanto al fascismo, como al nazismo, la xenofobias y otros males de este mundo. Tiene momentos, escenas muy fuertes, verdaderamente fuertes, otras, dolorosas. Pero si hay algo que esta película tiene es guión. No coincido con quienes dicen lo contrario, es más, el guión es chispeante por momentos, ácido, irónico, es sin piedad, imperdible de principio a fin.Yo solo recomendaria esta película a otro amante de Greenaway.
Debo decir que me ha sorprendido bastante esta película, aunque comprendo que tenga malas críticas en general por parte de los usuarios, ya que está hecha para un mínimo sector del público. Pero a mí me encantan todas las películas de caracter místico, metafórico, extraño, rompedor y vanguardista, como la obra de Ingmar Bergman, Andrei Tarkovsky, Takeshi Kitano, Lars Von Trier, Kim Ki-Duk, Wong Kar-Wai o el propio Peter Greenaway.
La historia de Moab no es una obra que entretenga, de hecho su tramo medio se me hizo un poco pesado, pero tiene un guión muy bien pensado y a la vez muy arriesgado, donde las metáforas y los mensajes están estudiados al mínimo detalle. Y hay que admitir que esta película es puro arte…ahora explicaré por qué.
Esta primera parte de la trilogía reúne todas las constantes de Greenaway, es decir, geometrización de las imágenes, orden por todos los objetos, las letras y los números, cuerpos que son desdunados o que se desnudan, alusiones al arte etc. sólo que explotadas al máximo. Quizás por estar tan explotadas llegue a cansar un poco, pero si sabes acercarte a lo que pueden ofrecerte tanto la historia como las imágenes, llegarás a sentir esas sensaciones que sólo sabe transmitir Peter Greenaway.
Y es que el pintor del cine tiene su universo propio, su propio estilo y sus propios mensajes. No hay muchos directores hoy en día que sean tan personales como el que nos ocupa. Si lo que buscas como espectador es sentir el arte del cine y ver algo innovador, te recomiendo esta película, sino es así y buscas otras cosas, ni te acerques porque no te va a gustar.
Si alguien me preguntase si Tulse Luper es un personaje real o de ficción, no podría contestar con total convicción de que se trata de un personaje de ficción, debido a su omnipresencia en la particular filmografía de Peter Greenaway. La coherencia y el falso rigor documental con la que el director inglés nos ha hablado de éste personaje desde sus primeras obras, hace que uno se sienta un tanto desconcertado al tener que discernir entre ficción y realidad.
La historia de Moab es la primera parte de la trilogía de las maletas de Tulse Luper. Greenaway elabora un filme experimental dónde comprime todas las constantes de sus anteriores filmes. La manera de abordar la película es extremadamente personal, atrevida y experimental. A nivel argumental la película se mueve entorno a las acciones del personaje Tulse Luper y su recorrido a lo largo del mundo, dónde las maletas actúan cómo símbolo de las situaciones y circunstancias que le marcan en su periplo por la historia y sus lugares.
La película juega con todas las constantes del director, que le siguen desde que se inicio en el arte del cine. Así pues algunos de sus primeros trabajos, (recogidos en un excelente DVD titulado The Early Films of Peter Greenaway) son mencionados a lo largo de la historia del film, fruto de que todo gira entorno a una misma figura, Tulse Luper, presente desde los primeros proyectos del director. En éste filme se perciben características propias del universo de Greenaway como su obsesión con lo sistemático, la naturaleza, y las conexiones de tono surrealista. Todo esto se ve reflejado en la propia película y en la naturaleza del personaje principal. Mirar si no la sistemática numeración con la que Greenaway divide la historia, las maletas y sus objetos para representar el mundo. Sin embargo lo que más perdura tras su visionado es su expresión formal
Es éste un filme de extremada complejidad formal y argumentativa con la que Greenaway se reencuentra con el universo particular de sus primeros filmes más experimentales. Es envidiable su atrevimiento formal tan deslumbrante que rompe con todos los esquemas clásicos prefijados y los no tan clásico que rigen el cine actual. El filme recoge buena parte del imaginario desbordante del director inglés, y esto a la vez juega a favor y en contra de la película. A favor al hacer partícipe al espectador de unas experiencias nuevas apoyadas por su planteamiento estético, pero a la vez lo aleja del mensaje y de la propia narrativa de la película al presentarle la historia apoyada en iconos, elementos y metáforas muy propias de su universo particular, propias de un entramado personal difícil de desvelar por el espectador, y al cuál se le escapan muchos significados por el camino. Sin duda un filme polémico y que despertará diversidad de opiniones, pero que es una buena oportunidad para observar el trabajo de un cineasta con un universo y estilo personal propio y único, lo cuál no es poco.
No recuerdo otro momento en mi vida de amante del cine de haberme aburrido tanto y quedar absolutamente desconcertado al ver una película. Nunca me fui del cine antes de que termine, siempre vi las películas completas porque todas, absolutamente todas, tienen algo que dejarnos, algo que transmitirnos (después de ver esta película cambié de idea al respecto). Eso sí, la vi hasta el final, aunque costó.
Me fascina el cine de Greenaway, las ví prácticamente todas. Comencé a descubrir a este genio con el estreno en Argentina de El cocinero… y aluciné. De ahí en más busqué y fui encontrando cada película de este director. Así fui descubriendo otra forma de hacer cine, más visual, más metafórico, más creativo, lo más parecido a un cine inteligente y visual en donde el espectador tiene que hacer su trabajo y no vegetar ante la gran pantalla por casi dos horas recibiendo el bombardeo del cine, llamémosle normal.
Pero con esta película me defraudó hasta el punto de no ver la continuación de la saga. Y antes de ver algún nuevo estreno suyo, primero miraré que opinan otros amantes de su cine por aquí.
Ya lo dijo Miguel de Unamuno: Un pedante es un estúpido adulterado por el estudio . Estamos ante la típica película que los críticos sesudos de los periódicos y suplementos culturales semanales esperan como agua de mayo para poder encumbrarla, ponerla en un pedestal y de paso despreciar al resto de la plebe analfabeta que no sabe ni tiene el nivel intelectual suficiente como para poder apreciarla. La verdad es que yo acudí al cine movido por el argumento, que, leído, me parecía bastante atractivo: la historia de un hombre que a lo largo de más de 50 años va encontrando por diferentes lugares de Europa 92 maletas de diversos contenidos. Ya sabía entonces como se las gastaba el amigo Greenaway, por lo que ya iba avisado de cómo podía ser la película, pero es que, se mire por donde se mire, no hay manera de poder engancharse a ella. De acuerdo, Greenaway tiene un discurso propio, y eso tiene muchísimo mérito, y se lo reconozco, pero este ejercicio experimental acaba cansando y aburriendo hasta a las piedras a los diez minutos.
Cuando salí del cine pensé: He de leer los suplementos culturales a ver qué crítica hacen de esta película, seguro que la califican de obra de arte… . Pero, ¡Oh, sorpresa! Esta vez incluso los críticos más cerriles se habían aburrido con ella… menos uno (siempre tiene que haber uno) que, recuerdo que con gran satisfacción, se vanagloriaba de haberse quedado hasta el final de la proyección y por sus palabras parecía que sentía orgasmos cada vez que alguien abandonaba la sala, hastiado ya de lo que su pequeño cerebro podía soportar…
En fin, que sí, que la película será muy erudita y de un gran nivel artístico y todo lo que se quiera. Incluso le doy a Greenaway el beneficio de la duda de que lo que hace no lo hace malintencionadamente como un ejercicio de onanismo sino que él parte de la premisa de que todo espectador tiene un cierto nivel cultural… Pero sólo por el hecho de que se considere arte (o alguien lo considere arte) no significa que me tenga que gustar. Si incluso la gran mayoría de los eruditos críticos la consideran mala, puede que en esta ocasión hasta la inculta plebe tenga razón….