La fuga de Tarzán
Sinopsis de la película
El capitán Fry, un famoso cazador blanco, quiere capturar a Tarzán para exhibirlo enjaulado como un animal por todo el mundo. Llega a la selva para cumplir su propósito junto con los primos de Jane, Eric y Rita…
Detalles de la película
- Titulo Original: Tarzan Escapes
- Año: 1936
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
5.9
43 valoraciones en total
Tercera película protagonizada por Johnny Weissmuller y Maureen OSullivan, sobre el personaje creado por Edgar Rice Burroughs en 1912.
Esta vez, nos encontramos ante un filme mucho más modesto que los anteriores, perjudicado además, por la entonces reciente imposición del código de censura Hays. Aun así, la película es entretenida y sus imágenes, poseen una magia muy especial.
El guión.
En general, la historia sigue las mismas pautas que sus dos antecesoras, (expedición al monte Mutia , traición de uno de los expedicionarios por motivos lucrativos, etc…) pero es menos violenta y trepidante, ofreciendo una visión idílica de la vida en la selva de Tarzán y Jane.
Otro aspecto a destacar, es el racismo que, según la creencia popular, transmite el guión de esta película y el de las demás de la saga. En su defensa diré, que todas las acciones o frases que sugieren una conducta racista, son dichas y efectuadas por quen vulgarmente se suele llamar el malo de la película : en esta ocasión, el capitán Fry, un individuo conspirador y codicioso, que encabeza la expedición. Por lo tanto, creo que tal acusación carece de fundamento.
El montaje.
Es posible, que el título de mi critica resulte un poco hilarante, si no se tienen en cuenta ciertos aspectos.
Al visionar el filme, si se han visto los otros dos, no es difícil darse cuenta que muchas de las escenas más impactantes de La fuga de Tarzán, son insertos de Stock footage sacados de Tarzán de los monos (1932) y Tarzán y su compañera (1934). Este hecho, podria ser considerado com un terrible defecto, pero teniendo en cuenta que habian pasado dos años desde el estreno del último filme y que seguramente el púlico de la época (1936) ni tan siquiera podía imaginarse algo semejante, yo diria que se trata de un ingenioso truco, para ofrecer un buen filme de entretenimiento, con muy poco dinero invertido. Las secuencias en cuestión, están bien insertadas, lo que demuestra, que a pesar de que utilizaron un truco barato, lo hicieron con maestría. Al fin y al cabo, el cine no es más que eso, un engaño maravilloso.
La censura.
Establecido en 1930 pero aplicado desde 1934 asta 1967, por la asociación de productores cinematográficos (MPAA), el código Hays, describía lo que era moralmente aceptable. Fué escrito por William H. Hays, uno de los líderes del partido republicano de la época.
A causa de este código de censura, en La fuga de Tarzán, ya no podemos apreciar la hermosa anatomía de Maureen OSullivan, cuyo cuerpo fué vestido de una manera más pudorosa, dejando únicamente al descubierto sus bien torneadas piernas. La violencia, también fué reducida notablemente, dando como resultado un filme blando, pero muy entretenido y disfrutable.
En resumen.
La fuga de Tarzán, es una buena película de aventuras, aunque perjudicada por una falta considerable de presupuesto que, sin embargo, se salva por el buen hacer de su director (Richard Thorpe).
Para el recuerdo, siempre quedará esa idílica casa de madera construida en lo alto de enormes arboles selváticos, que hizo las delicias de los niños de varias generaciones.
Nueva película de este personaje mítico del cine que soporta bastante bien el paso de los años, y aunque no cuente con un gran calidad, sí que hay que decir que funciona bien.
La historia nos presenta una expedición que llega a la jungla, y donde van los primos de Jane. Ellos van en busca de ella a fin de poder llevarla a Londres y que ceda su millonaria herencia. Cuando la encuentran, Jane no tiene ningún problema de dejarles su herencia, pero tiene serias dudas de dejar la jungla para ir a Londres y firmar el documento de renuncia. Y es que Tarzán no entiende el motivo por el que Jane debe irse durante un tiempo, y eso hace que se exponga una situación peculiar y con un secreto oculto.
Se trata de una película que funciona bien, y que consigue entretener. Uno disfruta con esta trama llena de misterio y de momentos con situaciones ocultas.
Es cierto que el film no es excesivamente redondo. Tal vez en su momento fuera todo un éxito, pero actualmente cuenta con escenas en las que flojea, y por consiguiente uno siente la sensación de que la calidad se desinfla en partes y luego se recupera.
Y es que como es habitual en las películas de Tarzán, la historia está llena de momentos que resultan un poco repetitivos. Son momentos donde se ven ataques de animales y baños en el río que son bastante similares, así que produce una especie de déjà vu.
Aun así como indicaba funciona bien, y consigue ser entretenida. Y es que esta nueva aventura que viven tanto Tarzán, como Jane y Chita, resulta interesante y uno se engancha fácilmente.
Sí que tengo que decir que la fotografía no funciona del todo bien. No tengo claro que haya perdido calidad con el paso de los años, ya que uno puede ver escenas que transcurren durante el día, pero que están iluminadas de tal modo que parece de noche.
En fin, La fuga de Tarzán es otro film protagonizado por Johnny Weissmuller y Maureen OSullivan. Ambos se meten de nuevo en la piel de los míticos personajes para regalarnos una famosa película que resulta entretenida y que en general se disfruta y distrae.
Tras el clamoroso éxito de los primeros dos filmes de Tarzán protagonizados por la estupenda pareja, Johnny Weissmuller y Maureen O’Sullivan, la MGM entregó la serie a Richard Thorpe, un especialista en el cine de aventuras que ya tenía en su haber más de 70 títulos y de quien se esperaba que le diera un nuevo rumbo a la serie. El resultado fue una aventura cargada de violencia que el público asistente a la preview rechazó de inmediato y la película tuvo que ser refilmada casi por completo, convirtiéndola en una mezcla de comedia, romance y aventura, pero que, en definitiva, mantiene el mismo esquema de los filmes anteriores.
LA FUGA DE TARZÁN es -aparte algunos matices-, más de lo mismo que ya habíamos visto en Tarzán de los monos y Tarzán y su compañera: Unos primos de Jane, llegan con deseos de encontrar el prohibido Monte Mutia tras el cual puede localizarse el cementerio de los elefantes (ahora sólo un referente para encontrar a la mujer de Tarzán). Como su guía, viene con ellos el capitán Fry, un hombre dispuesto a hacerse rico a costa de llevarse a Tarzán para exhibirlo ante la civilización como un fenómeno de feria. Los nativos les atacarán en el camino y la salvación les llegará a gritos. Tarzán y Jane demostrarán lo mucho que se quieren y lo felices que viven entre lianas, monos, elefantes y cocodrilos. El ambicioso procurará entonces salirse con la suya… y otra tribu, más el ejército de elefantes de Tarzán entrarán en escena y todo terminará con las particulares risotadas de Chita llenando la pantalla.
Más que ningún otro filme de los protagonizados por Weissmuller, LA FUGA DE TARZÁN terminó planteada como el más puro entretenimiento. Tiene su cómico a bordo -un tanto simpático-, al que se le suma Chita, se nos muestra los progresos tecnológicos alcanzados por la pareja al estilo de Pedro y Vilma, y el malo de turno resulta tan apocado, que el mismo Tarzán tiene que meterse voluntariamente en su trampa para que él pueda llevárselo.
Por otro lado, el filme cuenta con la mala suerte de haber sido realizado en 1936, cuando el mojigato Código Hays se halla en plena y estricta aplicación, y lo que antes fuera sensualidad y coquetería en los dos filmes anteriores, ahora se convierte en Jane vestida hasta las rodillas y bañándose con ropa como la más pundonorosa de las muchachas.
Y una vez más, cierto metraje pasa de un filme a otro: De Trader Horn (las tomas documentales de las tribus) pasan a Tarzán de los monos, de Tarzán de los monos (los nativos desplazándose con los colmillos de elefante) a Tarzán y su compañera, y de éste (escena de la ida al mercado y otras) son añadidas al filme que nos ocupa. Así, la rutina entra en escena y comienza uno a darse cuenta que no son grandes cosas las que consiguen pensarse para el simpático rey de la selva y su encantadora pareja.
Siempre que pienso en Tarzán me doy cuenta de que la esencia de lo que es el personaje en cuanto a nivel cinematográfico donde mejor representado está es en Tarzán de Disney y en la serie Tarzán americana del 2003, cuya Jane es Sarah Wayne Callies, la novia de pelo bonito de Michael en Prision Break . Ése es Tarzán.
Las pelis y series del rey de la selva en otro formato se encuentra con una vuelta de tuerca, pero en el buen sentido, han hecho de Tarzán un personaje inolvidable, al que siempre tenemos presente en la memoria. En este episodio protagonizado por el nadador Weissmuller olímpico, narra como unos familiares quieren que Jane se pire de su lado. Desgarradora y con el mismo atractivo de siempre, con Cheeta y demás animales, el glorioso blanco y negro se desata en otra gran aventura de Tarzán y del amor de su vida, y la madre de su hijo, Jane.
Tercera película de la saga Tarzán que, aún siendo disfrutable, empieza a perder la magia y esencia que poseen las dos anteriores.
Aunque sigue unos patrones muy parecidos a las primeras, los espectadores empezamos a notar la progresiva infantilización de la historia.
Supongo que la implantación del código Hays tiene muchísimo que ver en ésto.
Así como las anteriores reflejaban una extraña crudeza y captaba muy bien la esencia primitiva de la supervivencia en la selva, esta película adopta un tono más juvenil y humorístico que se tiñe de un romanticismo adolescente que poco tiene que ver con el tono adulto, me imagino, más acorde con la novela de Burroughs que no he leído.
Supongo que la dirección de Thorpe también tiene mucho que ver. Este director especializado en un cine dedicado a una audiencia juvenil, se maneja bien metiendo todas las constantes que se esperan en ese cine. Aventuras, drama, humor y romanticismo bien ensamblado para el entretenimiento del espectador.
Pero, ! qué putada!. Nos han quitado lo mejor de estas películas. Esa maravillosa incorrección política tan valiosa para mí, esa violencia soterrada que se adivinaba en las otras, cierta crueldad implícita y, sobre todo, ! Me han vestido a Jane!. ¿ Cómo me pueden hacer ésto?.
La relación entre ellos pasa de ser, de una relación animal y pasional, a una relación romántica donde ya se empiezan a decir lindezas y a mentar a la luna y a las estrellas en plan Romeo y Julieta. ! No, hombre, no!.
La relación entre Jane y Tarzán es hermosa cuando se olisquean como animales, cuando la lleva en volandas hasta la guarida, cuando Jane aprovecha la incomprensión de Tarzán de su idioma para soltarle todas las barbaridades que una mujer no podía soltar, cuando le arranca el vestido de un tirón…Cuando son animales, en fin, en un mundo salvaje.
Pero aquí ya no. Aquí se han civilizado de una manera que no veas y los arbustos que les sirven de guarida se ha transformado en un palacete que ya quisiéramos muchos.
Al estilo de Robinson Crusoe se lo han montado que te cagas y, aunque te ríes mucho eso sí, con toda la tecnología rudimentaria que nos muestran, no he podido evitar echar de menos las dos primeras.
También Chita va cogiendo más protagonismo y, por tanto, más humor.
También las escenas de lucha con los animales se ve cercenado, no sé si por falta de presupuesto o por qué.
El caso es que, aún siguiendo el mismo esquema, la película pierde naturalidad y comienza a ser un producto más infantil, divertido y bien llevado eso sí.