La casa lobo
Sinopsis de la película
María es una joven que se refugia en una casa tras escapar de una secta religiosa alemana en Chile. Como si estuviera en un sueño, la casa reacciona a los sentimientos de María y hace que su estancia sea una pesadilla.
Detalles de la película
- Titulo Original: La casa lobo
- Año: 2018
- Duración: 75
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Opinión de la crítica
Película
6.6
33 valoraciones en total
Inquietante largometraje de animación chileno que utiliza la técnica del fotograma por fotograma, supone la ópera prima de este dúo de jóvenes realizadores, previamente habían realizado tres cortos, Lucía (2007) y Luis (2008), que prácticamente son su origen en forma e incluso en contenido: tienen de protagonista a un niño, se desarrollan en una casa, en un plano secuencia y tienen elementos de terror.
Estos cortos los dirigieron también con Niles Atallah, el cineasta de la extraordinaria Rey (2017), sin embargo, en El arca (2011), trabajaron solo ellos dos, este es un poco más extenso en metraje, pero mantiene la misma técnica de animación, además del estilo que es en suma importante, porque la forma en cómo trabajan la técnica le da un aspecto visual deslumbrante al filme.
La casa lobo recoge el triste capítulo de la Colonia Dignidad, un asentamiento construido por un alemán en los años sesenta, donde se cometieron una serie de crímenes contra sus habitantes que estaban obligados a permanecer ahí, entre ellos abusos sexuales a personas menores de edad. El filme inicia con un video propagandístico de este lugar, donde se mencionan sus supuestas bondades.
Posterior a esto inicia el argumento de la película, esta trata sobre una niña llamada María (voz de Amalia Kassai) que logra huir de este lugar y busca refugio en una casa, ahí es donde en un cuidadoso plano secuencia se desarrolla el filme, donde la casa se convierte en un personaje más, esta se transforma y modifica a su personaje, que parten del abrumado estado mental de la protagonista debido a la experiencia en la colonia.
Más que una realidad, los realizadores -que también son coguionistas junto a Alejandra Moffat- logran filmar una pesadilla, tétrica y de un acabado visual envidiable, labor esmerada que los llevó a varios museos alrededor del mundo, donde los visitantes podían observar su labor, que, por cierto, como si no fuera poca cosa realizar una obra con esta técnica, todo lo utilizado fue hecho a escala real.
La película claramente es de corte experimental, no sigue una línea narrativa común, ya que parte de esa idealización de ensueño de María, que a veces es narradora, o a veces lo es un hombre con un marcado acento alemán (voz de Rainer Krause), que incluso en ocasiones habla en su idioma nativo, el abrumador desenlace da claras muestras de porqué esto.
Tampoco se puede dejar de lado la inclusión de algunos elementos sobre cuentos para pequeños, que acompañan muy bien el relato, desde la perspectiva de la protagonista que es una niña, aunque es claro que el filme es para un público adulto.
El aspecto visual del filme es inmejorable, gracias a este consiguen transmitir sensaciones incomodas y tétricas, la ambientación y esa animación fea, pero tan bien retratada, consigue una propuesta de un impacto visual muy alto, además del excelente trabajo en la sonorización, abrumadora.
Un film sugerente, simbólico y onírico que establece un precedente en la Historia del cine chileno al tratarse del primer largometraje realizado a través de la técnica del stop motion, animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.
Ganadora de diversos premios entre ellos un galardón en la sección Forum del Festival Internacional de Cine de Berlín 2018, es además la culminación de una trilogía conformada por los cortometrajes Lucía (2007) y Luis (2008).
Esta obra tardó cinco años en realizarse y retrata la atmósfera de la infame Colonia Dignidad, una secta alemana que funcionó como centro de prisión, tortura y desaparición de opositores durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y que fue fundada y dirigida por el ex-militar nazi Paul Schäfer, quien escapó de Alemania por acusaciones de pedofilia y que en suelo chileno siguió cometiendo abusos protegido por una red de aliados de la derecha política.
La Casa Lobo es una fábula sobre una joven llamada María que se fuga desde la colonia hacia un bosque ocultándose en una cabaña habitada por dos cerdos que poco a poco van transformándose.
Acto seguido se proyectó la película que habíamos venido realmente a ver: la película chilena de animación La casa lobo, que fue muy aplaudida tanto en Berlín como en el Festival de cine de animación de Annecy. La niña María ha conseguido escapar de la secta de fanáticos religiosos alemanes de la Colonia Dignidad. Se refugia en una extraña casona, en la que se encuentra con dos cerdos. Pronto descubrirá que la casa está viva y reacciona a sus sentimientos, mutando tanto ella como los que la habitan. Una alegoría en Stop-Motion de una comunidad de fanáticos que desquiciaba a niños en los 80. Una película fascinante, inquietante pesadilla visual. Una propuesta experimental que se diferencia del resto de la producción cinematográfica del momento. El argumento es una excusa para que la película vaya realmente sobre la animación stop-motion, sublimando al extremo sus posibilidades plásticas y expresivas. La película justifica porqué está hecha con esta tecnología, mostrando unos personajes y escenarios en constante transformación y descomposición. Un ejercicio único y desatado, arrebatador, tan divertido por instantes como profundamente perturbador. Sugerente y onírica, todo un torbellino de estímulos visuales y música y locuciones macabras. Un ejercicio que, de nuevo, no es para todo el mundo, más cercano al videoarte (no en vano, se grabó durante años en instalaciones de museo). Que además es demasiado largo para lo que tiene que decir, pues tras media hora o cuarenta minutos ya hemos visto realmente todo. Pese a sus características, cerré la agenda con la película del día.
A pesar de su logrado impacto inicial y de su animación más que intensa y diferente, asistimos con un regusto de aturdimiento a una mezcla siniestra de alegoría, folclore popular y comunicación perversa de una fábula inspiradora pero tenue, impactante pero repetitiva, ensoñadora pero funesta… no deja de resultar confuso todo el trabajo de guion, que nos resulta cansino por momentos y repetitivo. El argumento cojea en su conjunto, ya que no nos mantiene en vilo, si no que nos adormece como espectadores, pero con todo ello tiene un regusto diferente, un cierto aroma aciago que atrae, de drama hiperbólico y vehemente que parece esconder lúgubres intenciones e historias escondidas de vehemencia atrapada. Crea un ambiente tenso y oscuro que no se materializa y que hace vehemente cada secuencia, sin saber qué esperar, manteniendo la tensión. Esa reescritura de cuento de hadas, o esa mezcla de cuentos que nos trastoca el imaginario colectivo, creando una nueva versión o fábula es un trabajo contundente y logrado, pero sin que por ello logre un resultado grandilocuente.
Una pesadilla lisérgica, el delirio de la soledad y el abandono manoseado hasta decir basta. Casa Lobo tiene virtudes singulares, la voz en off de María, perturbadora y difícil de olvidar y una dirección artística misteriosa que te atrapa en su mutación hipnótica y que aunque deviene indescifrable por momentos esta editada con una artesanía admirable, con la que fluye el stop-motion como centro y vértice de su narrativa. Pero no consigo conectar a nivel emotivo con la obra, la percibo como una rareza llana, sin demasiado miedo, sin demasiada tristeza y sin demasiado nada, solo el letargo de las sorprendentes secuencias transformándose en otras en una cadena perpetua de imaginaciones volátiles. Me falta lobo y me sobra casa, la cuál cosa no significa que no sea una película espectacular, experimentalmente intrigante y con una revisión pasmorosa del cuento del de lobo y los tres cerditos.