Kerity, la casa de los cuentos
Sinopsis de la película
A pesar de que Natanaël tiene casi siete años, aún no sabe leer. De ahí el chasco que se lleva cuando su tía Eléonore le lega su biblioteca. Y, sin embargo, cada relato contiene un maravilloso secreto: al anochecer, los pequeños héroes, la encantadora Alice, el Hada malvada, el temible Capitán Garfio salen de los libros para vivir su propia vida. Pero cuando, de repente, se ven en peligro de desaparecer para siempre, no tienen más remedio que pedir ayuda a Natanaël, que, deseoso de salvarlos, acepta que el Hada lo reduzca a un tamaño tan minúsculo como el de sus amigos, y se lanza a la aventura.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kerity, la maison des contes (Eleonores Secret) aka
- Año: 2009
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
6.2
98 valoraciones en total
Podemos coger una poco de Alicia en el país de las maravillas, con una pizca de Toy Story, un ratito de historia de los diminutos, y seguro que un montón de cuentos más, meterlos en la batidora y sacar esta película.
No iba con ganas de verla, la verdad, estaba aprovechando la oferta de los 2€ y era la única tan corta como para empalmar con la siguiente, pero tengo que decir que me entretuvo, lo justo, pero por lo que me ha costado no me voy a quejar.
Kerity, la casa de los cuentos es una película que a priori parece bastante infantil, y, no voy a engañara a nadie, lo es. Hay momentos en los que parece que si no vas a verla en familia con chavalines pequeños te entra un poco de vergüenza por estar viéndola. Sin embargo, esa infantilidad se puede sobrellevar al pasar los momentos puntuales en que aparece, se puede dejar atrás y seguir con la historia, que, no queriendo admitirlo, nos está atrayendo, y lo hace con una historieta que conocemos bien, pues como digo es un batiburrillo de otros cuentos que se prestan a la predicción de lo pasará en la siguiente escena.
Y, como consecuencia de eso, de todo eso, es decir, lo de ser poco original, predecible e infantil, causa el acer en una espiral de tópicos que es inevitable no encontrarse en algo como Kerity, la casa de los cuentos. Es por eso que a muchos, los que valoran por encima de todo originalidad ante entretenimiento, se sentirán bastante asqueados, si bien no se pueden quedar encandilados con la gran maestría del dibujo, porque no la hay, es una animación correcta, sin alardes, un tanto original en este sentido -al menos yo no había visto esta animación antes- y bastante plana. De la música tampoco hay qué decir, la del cuentecito de turno, que ni recuerdo.
Así que queda claro, entretiene su aventura, algunas escenas son hasta disfrutables (Algunos chistes fáciles con los que me reí o bien el final, que era predecible, claro, pero tiene un factor que sí me pilló por sorpresa, que está en el spoiler) y en comienzo es algo tierno, recordando a las series de la infancia y tal. Pero vamos, que si no se busca nada más que eso que no se pida, porque no se dará.
Que conste que fui a ver esta película en su día debido a la ilustradora Rebecca Dautremer, la cual me fascina a pesar de que la mayoría de su trabajo esté dirigido hacia el público infantil. Aún así sus ilustraciones tienen un aire entre popular y folclórico pero a la vez melancólico y misterioso que me parece muy original. De este modo, tenía una curiosidad inmensa por verla.
Al entrar en la sala del cine donde se estrenó me di cuenta de que entre los espectadores ¡Yo era la única de más de 12 años! (Sin contar a los padres acompañantes, por supuesto) Por lo que ya desde ese momento sentí una vergüenza impresionante. A ver lo que ahora me espera… pensé.
Efectivamente. Lo que me esperaba era una sucesión de ñoñadas a cual más floja y carente de originalidad. Para colmo, la sesión al ser infantil era DOBLADA. Y claro, en mi opinión los dibujos doblados pierden mucho. Y más aún si les ponen voces como para coger diabetes de puro empacho de azúcar, como es el caso del protagonista de esta película y de su hermana. Totalmente antinatural.
Entiendo que, entre tantas comedietas animadas dinámicas en la cartelera comercial, haya personas a las que esta película pueda parecerles tierna y bonita . Sin embargo, las películas de Ghibli o incluso Michel Ocelot a pesar de ser sosegadas y correctas tienen mucha más complejidad e incluso más emoción, y como tal pueden ser disfrutadas tanto por niños como por adultos. No es el caso de Kerity , que prácticamente está dirigida a un público menor de 5 años. Es muy, muy simplona y como dije antes la idea no es nada original.
Las ilustraciones de Dautremer merecen más.
Una pena.
La animación es una de las formas más valiosas de hacer cine por muchas razones, pero una de ellas es su capacidad de llevar al límite mundos fantásticos y originales. El clásico de Disney Alicia en el País de las Maravillas (1951) es un ejemplo perfecto de lo que posteriormente ha ido realizándose con el mismo enfoque (un protagonista descubriendo un microcosmos de criaturas originales) aunque con mayor ( El viaje de Chihiro , Nocturna ) y peor fortuna. Kerity, la maison des contes se une al grupo de las buenas, cine de animación imaginativo, que no trata a los adultos como retrasados a pesar de que claramente es un film dedicado a los más pequeños del hogar.
La historia sigue a un niño que, tras la muerte de su abuela, descubre que la biblioteca de ésta le ha sido legada. El problema es que nuestro protagonista no sabe leer y la única forma de que cierto problema se resuelva, es recitando unas palabras mágicas. Una idea sencillísima, la del eterno salvador del mundo/reino reducida a escala. Donde verdaderamente brilla el trabajo de Dominique Monfery es a la hora de dejar volar la imaginación y recuperar infinidad de mitos infantiles, adaptándolos un poco al contexto actual pero sin recurrir al gag (Shrek), sino respetando a rajatabla el material original. El conejo de Alicia o los enanitos de Blancanieves tienen un par de detalles fantásticos, pero en general todo ralla a un nivel más que aceptable.
El verdadero problema de Kerity es que es una producción independiente francesa de animación, y que queda la impresión de que con este material Ghibli habría hecho auténticas virguerías. Pero cábalas al margen, ciñéndonos al trabajo de Monfery (que también se encargó de finalizar Destino , el corto de Walt Disney/Dalí nominado al Oscar), estamos ante una de las películas infantiles más puras en muchos años, que además se permite tratar bien a los adultos y la apuesta le sale casi redonda. Una hermana pequeña de la fantástica Nocturna (Adrià García/Victor Maldonado, 2007), pero muy estimable e indudablemente recomendada, que además es sensacional a nivel técnico y se beneficia de la imaginación visual de Rebeca Dautremer. Fantástica.
El comienzo es muy prometedor: Dibujos sensibles y cuidados, imágenes nostálgicas, ambientes que invitan a sumergirse en la historia, trazos sutiles de personajes que centran de inmediato e incondicionalmente nuestra atención hacia ellos. Minutos de magia en los que se nos lleva, como flotando, hacia el comienzo de la historia. El principio de Kerity puede evocar el comienzo de El viaje de Chihiro.
Pero, así como en El viaje de Chihiro, la magia no termina hasta que la película concluye -y disculpas por esta cruel comparación-, en Kerity se puede decir que la magia cesa al comenzar la historia. Parece que las reservas de ingenio e imaginación de los responsables se agotan en los minutos iniciales, de manera que el resto de la cinta se completa con buenas intenciones y mucha mediocridad.
Ya iniciada la trama de la película nos vemos las caras con su característica general: el tópico, que se va apoderando de los personajes, los paisajes y los diálogos. Poco a poco, pero con tenacidad se va agrisando aquel clima del comienzo.
Llama la atención la pobreza formal del dibujo de los personajes, sus rostros, sus ropas, sus gestos. Un dibujo sencillo puede ser hermoso y estar cargado de sensibilidad, no es el caso. Los dibujos de Kerity pasan de sencillos a simples, y de simples a simplones.
Respecto a los personajes y sus caracteres, conviene no enfocarlos mucho, verlos con el rabillo del ojo, a poco que se observan se revelan personalidades confusas, arbitrarias e inverosímiles. El público infantil, destinatario de esta película, merece personajes sólidos y coherentes, no los encontrará aquí.
Quizá se podría extraer un corto con los 3 minutos iniciales: no tendría argumento, no habría historia aparente, pero sería una hermosa invitación a soñar.