Gunga Din
Sinopsis de la película
Cutter, MacChesney y Ballantine, tres sargentos del ejército británico unidos por una estrecha amistad, son enviados a una zona montañosa de la India para averiguar las causas de la extraña interrupción de las comunicaciones telegráficas. Los tres vivirán, en compañía de Gunga Din, su porteador de agua, diversas aventuras que les enfrentarán a los temibles tags, una secta de adoradores de la diosa Kali. Descubrirán, además, un templo escondido, serán apresados y torturados y salvarán al ejército de caer en una trampa mortal.
Detalles de la película
- Titulo Original: Gunga Din
- Año: 1939
- Duración: 117
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te mostramos un listado de opciones de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
7
49 valoraciones en total
Quizá una aventura en tono de comedia: los tres soldados británicos y el aguador hindú que aguan un levantamiento encabezado por un hechicero de ínfulas despóticas, la emboscada en el poblado aparentemente desierto, el ejército británico que llega en el último momento pero, cómo no, aún a tiempo…
O tal vez una comedia en clave de aventura: las gamberradas de Cutter y MacChesney, la mascota paquidérmica, las peleas entre los tres soldados, la primera escaramuza contra los thugs… El humor roza a veces lo disparatado, como la reacción de Cutter al ser descubierto en el templo maldito, o el homenaje, en este caso al gag de Steamboat Bill, Jr. en el que Buster Keaton se salvaba de morir aplastado por una fachada derribada por el huracán al atravesar el hueco de una ventana.
En definitiva un filme aconsejable a quienes disfruten con las historias de camaradería al estilo de John Ford o de Howard Hawks y prescindible para quienes disfruten con las historias de camaradería al estilo de Michael Bay o de Renny Harlin.
Película en blanco y negro de 1939 sobre un tiempo en que el ejército inglés colonizaba la India y tenía enfrentamientos con los lugareños indígenas. En este caso los malos de la película son una secta hindú, los thags , cuyos miembros eran devotos de la diosa hinduista kali y una parte de los mismos, los más seleccionados, eran llamados «los estranguladores de Kali porque solían matar a sus enemigos por estrangulación, sin derramamiento de sangre.
Los protagonistas principales son tres sargentos británicos, bastante cachondos, dinámicos y valientes, encabezados por el actor Victor McLaglen (este actor, tipo de rasgos duros y varoniles, de los preferidos por el legendario director John Ford, nos pone la piel de gallina en la escena donde sus ojos se humedecen por las lágrimas), el más tarde famosísimo Cary Grant y el estupendo Douglas Fairbanks Jr. Junto a ellos, el protagonista que da nombre a la película, un aguador indio, civil, que acompaña al ejército y a los citados sargentos, un indio sencillo, ejemplo para todos, interpretado por Eduardo Ciannelli con una buena capa de betún encima.
Estamos ante una película de aventuras, muy entretenida, interesante por su trama exótica en tierras de la India y amena por las ocurrencias, la bravuras y la amistad tan determinante que existe entre los tres citados sargentos.
Sin duda una película entrañable, con excelentes escenas (no desde luego la del puente colgante donde caen gran parte de los indígenas enemigos notándose a leguas que son muñecos estáticos en lugar de algo parecido a hombres).
Y por supuesto, este filme es digno de mención porque resalta la figura o grado militar del sargento: un escalafón gozne entre la tropa y los oficiales, el más trabajoso e ingrato de todos los escalafones militares, ya que suele ser el sargento el que hace todo el trabajo sucio-durísimo que de alférez para arriba la oficialidad no tienen agallas de llevar a cabo, un empleo el de sargento que suele ir asociado a hombres aguerridos, bragados, rudos, amantes de la milicia, hombres con dos cojones y verdaderos artífices del buen y exitoso desempeño de todo ejército convencional. Cosa que hay que poner de manifiesto (y esta película lo hace), pues aunque hay otros muchos filmes que centran su argumento en la importancia del sargento en la estructura castrense, no siempre se deja tan claro como aquí que son los sargentos la auténtica espina dorsal de toda la gran organización llamada ejército, son ellos los mandos más cruciales o fundamentales en el buen funcionamiento de la milicia, en muchos casos son más útiles, necesarios, atrevidos y capaces que todos los generales, coroneles, comandantes, capitanes y tenientes juntos o revueltos.
… / …
Resulta paradójico, pero, a veces la ignorancia ayuda a disfrutar un poco más de la vida. Cualquier persona que vea esta película sin tener idea alguna del papel que jugaron los ingleses en la historia de la India, seguro la disfrutará de lo lindo porque encontrará la habitual aventura de los buenos y los malos. Los buenos, atractivos, blanquitos y valientes. Y los malos, malencarados, morenos y aburridos. También encontrará unos simpáticos toques de comedia entre los tres amigos ingleses que comparten una buena camaradería y esa suerte de picante matrimonio, con ese haré lo que sea para que no te vayas, que hace un grato encomio de la amistad. Además, podrán apreciar algunas atractivas escenas de acción y la batalla final donde se logra una sobresaliente puesta en escena. Todo esto, bastará para sentir que se está ante un filme muy estimable y no es raro que se salga a gusto con lo que se ha podido ver.
Pero, cuando uno ya está enterado de que durante cuatro siglos los hindúes vivieron bajo el yugo de los ingleses (y otros invasores), lo que significaba para el pueblo: explotación… fuertes gravámenes… exclusión… pobreza extrema… expropiación… abusos físicos, emocionales y sexuales… fuerte represión… influjos culturales impropios… y usurpación de su tierra, resulta bien difícil mirar con simpatía a ese ejército invasor y a su simpático trío de camaradas, quienes, más que querer acabar con la famosa y peligrosa fraternidad secreta de los Thuggee (o Thag), como buenos colonizadores ansiaban encontrar el templo de oro que aún no habían expropiado.
Mucho menos, se puede mirar con buenos ojos a Gunga Din porque, además de que resulta vergonzoso que fuese sirviente voluntario de los enemigos de su pueblo, si su accionar fuese historia creo que, hasta el mismo Gandhi, de haberlo tenido a su alcance, le habría dado una merecida patada en las posaderas por retrasar la libertad de la India.
Y cuando se sabe que, ese divertido y conmovedor jugueteo de quédate con nosotros o te retendremos como sea -que utilizan Cutter y MacChesney con su amigo Ballantine, ansioso por casarse con la linda Emmy-, lo explotaron repetidas veces, y siempre con éxito, los guionistas Ben Hecht y Charles MacArthur en su célebre obra teatral Primera plana y en sus numerosas adaptaciones cinematográficas (Lewis Milestone, Howard Hawks, Billy Wilder y otros) huele a deja vu mucho de lo que vemos en GUNGA DIN.
Sobre que el filme está basado en un conocido poema de Rudyard Kipling, creo que lo está tanto como Narnia en el Nuevo Testamento. Se tomó la idea general y el resto es puro capricho de los guionistas.
¿Cómo puede una película como ésta, figurar entre lo mejor que hizo un director como George Stevens?
Tenía muchas ganas de ver esta película famosa. Esperaba un clásico de aquellos años en el estilo de Tres lanceros bengalies o La carga de la brigada ligera y otras muchas de tipo épico-histórico tan de moda en los finales de los años 30 del siglo pasado. Pero me ha desilusionado totalmente. No cabe duda que George Stevens no era Howards Hawks ni Michael Curtiz, aunque años mas tarde lograra alguna obra notable.
El guión es infame pero aún así un buen director hubiera sabido conjugar el humor con el drama, un ejemplo es Fort Apache de John Ford. En este caso se alternan las payasadas más tontas con una ridícula grandilocuencia dramática. Creo que es la peor actuación de Cary Grant que he visto, claro que tampoco era un papel adecuado a su estilo. Cianelli compone un Gunga Din sin la menor simpatía ni gracia. Y finalmente a pesar del presupuesto que dicen fué enorme para la época, las escenas de luchas y peleas carecen de toda convicción.
No puedo entender el éxito que tuvo y la fama que ha quedado. Ni siquiera me parece pasable sino una curiosidad de la arqueología del cine y en aquellos años para menores de 10 años, porque los niños de hoy después de conocer Indiana Jones y el templo maldito sólo pueden dormirse con Gunga Din.
El año 1939 es considerado por algunos críticos de la historia del cine como el mejor año de todos (La diligencia, Lo que el viento se llevó, El mago de Oz)… personalmente no comparto ni de lejos esa opinión ya que hay otros muchos mejores como el 1961 por citar alguno (Viridiana, El rostro impenetrable, Desayuno con diamantes, ¿Vencedores o vencidos El buscavidas…). El caso es que Gunga Din es también del año del comienzo de la SGM y se convirtió desde un principio en un gran éxito de público y un mito del cine de aventuras coloniales en clave de comedia.
Y claro si eres norteamericano entiendo que disfrutes como un enano con esta película donde a los tuyos no les alcanza las balas y los indios son o malos o sirvientes, y los pocos que salen de protagonistas son interpretados por británicos pero al margen de la contextualización que hay que hacer cuando se juzga una obra de arte (esto no lo es realmente) no podemos dejar de decir que ha envejecido bastante mal, y que por supuesto en la India produce auténtica dentera este tipo de películas. Y con razón.
Se trata de una película muy cara (nada menos que dos millones de dólares de la época) producida por la RKO y dirigida por George Stevens, aunque se pensó en un primer momento en Howard Hawks. El caso es que Stevens es un director de estudio que casi nunca fallaba y que ayudó a ganar mucho dinero con casi todas sus películas. No es desde luego su género y eso se nota en muchos momentos, Stevens venía de hacer comedias musicales y la aventura no la domina evidentemente, por eso es mejor como comedia que como película de aventuras donde resulta insufrible en algunos momentos.
Es como digo en las escenas cómicas donde encontramos la clave para verla de nuevo y que mantenga su vigencia, ya que si solamente hubiera sido épica no hubiera por donde cogerla. Destacar escenas como la fiesta con el ponche y la relación de pareja de Fairbanks Jr, así como los caretos de Gary Grant que va sobrado. Es interesante también el profundo conocimiento de la estructura y formas militares, algo que suele tocarse de manera muy superficial habitualmente.
Aunque para superficial sin lugar a dudas el tema de los thugs, que se roza sólo epidérmicamente y no se explican sus motivaciones filosófico-religiosas, simplemente que son asesinos a los que hay que exterminar. Muy anglosajón.
El caso es que el modelo del grupete de amigos militares que mientras se lo pasan bien combaten a los malos nace de aquí y sería repetido en infinidad de ocasiones (Tres soldados, Tres padrinos o Tres sargentos por ejemplo)
Destacar la fantástica banda sonora compuesta por el grandísimo Alfred Newman que nos regala un trabajo impecable.