El sicario de Dios
Sinopsis de la película
En un mundo asolado por siglos de guerra entre el hombre y los vampiros, un legendario guerrero (Bettany) que destacó durante la última Guerra del Vampiro, se ha convertido en un sacerdote que vive en comunidad en las amuralladas ciudades controladas por la Iglesia. Sin embargo, cuando su joven sobrina es secuestrada por un grupo de vampiros que viven en los páramos, el sacerdote rompe sus sagrados votos y emprende su búsqueda decidido a vengarse de ellos, especialmente de su brutal líder (Karl Urban). En esta aventura lo acompaña el novio de la chica (Gigandet), un sheriff y una sacerdotisa (Maggie Q) que pertenece a la legión de asesinos de vampiros y posee habilidades de combate sobrenaturales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Priest
- Año: 2011
- Duración: 87
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te añadimos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
4.6
58 valoraciones en total
Scott Stewart se supera cada vez que decide hacer una película, es impresionante. Su progresión es tan abrumadora que me da miedo ver cual va a ser su nueva obra maestra de la bazofia hollywoodiense.
Una hora y poco que me supo a una sesión interrumpida de El Señor de los Anillos, versión extendida, claro. Malos actores, porque Paul Bettany no es precisamente de esos actores que tendrán una retrospectiva en alguna colección de Planeta. Efectos especiales cutres, con una estética posapocalíptica mezclada con una revisión rancia y sin gracia de matrix y Blade Runner que debería ser considerada terrorismo cinematográfico. No hay nada que merezca la pena, ni siquiera los vampiros, que podían dan algo de juego, están bien. una mezcla de los Monstruos de Resident Evil 3 y los zombis que salen el las pantallas del Call of Duty Black OPS ¡Horrible! Sin ojos, sin forma humana, sin gracia y si encima sale Stephen Moyer y no le das algo de carnaza pos te puedes ir a tomar viento, señor Stewart.
Es de las pocas películas que he visto últimamente de las que no salvo nada. Totalmente insufrible. Y lo peor de todo es que el desgraciado lo deja todo preparado para un secuela. Cines del mundo: mi butaca estará libre para que le deis el uso que queráis.
…copiar a Blade Runner, Star Wars y La Cope todo junto y todo mal?
…meter Tatooine con vampiresas folclóricas?
…copiar a Matrix tan descaradamente?
…hacer una parodia de Blade con el padre Apeles lleno de esteroides y un tattoo de un bollycao XXL en la cara?
…tener confesionarios futuristas con videoconferencias y Ave Marías en mp3?
…hacer una película de vampiros con Stephen Moyer (Bill Compton en True Blood) sin que tenga colmillos ni gracia?
…convertir 30 días de oscuridad en 30 bodrios en el Far West?
¿Se puede?
Sí, se puede.
Oh, Dios, por qué nos has abandonado y dejado el 3D…
¿Por qué Dios, siendo tan misericordioso, mandas a un sicario tan cutre?
No se lance al cuello de Scott Stewart, director de infumable Legión, todavía.
Tenga fe… o saque su escopeta.
Película de entretenimiento basada en un cómic cuya historia se desarrolla en tiempos futuros, donde después de una guerra entre humanos y vampiros (monstruos sin ojos con unos colmillos terroríficos), la Iglesia domina el mundo bajo formas dictatoriales.
El film constituye un entretenimiento bastante aceptable, si bien su pobreza argumental, los tópicos habituales de Hollywood (protagonista atormentado y con sentimiento de culpa, con hija incluida a la que debe salvar) y flojo guión lastran una historia que ofrecía muchas posibilidades y lecturas sociopolíticas. Al final, todo es puro espectáculo de acción, aunque es de agradecer, eso sí, que en estos tiempos de montaje frenético tipo videojuego/videoclip abunden, sin embargo, planos largos y panorámicos (¡y de varios segundos, sí!) y escenas de acción rodadas con corrección (o sea, viendo lo que pasa, a la antigua ). Notables efectos especiales y decorados y diseño de producción oscuro y sombrío, con una fotografía pálida (algunas escenas parecen en blanco y negro). Las escenas de día tienen lugar en paisajes desérticos, para dar mayor imagen de desolación. Por otra parte, sorprende que aparezcan tan pocos personajes y tan pocas personas (desde luego, el dinero para sueldos del equipo artístico habrá sido una minucia en el presupuesto…).
Parece ser que al dúo orquestado por Scott Stewart y Paul Bettany le van las películas e historias con trasfondo religioso y cristiano por el medio. Si ya en el 2010 ofertaron la bastante floja Legión , un año después nos traen una historia entre humanos y vampiros en la que Bettany cambia sus alas de arcángel por los hábitos de un sacerdote experto en combate, y con un tatuaje en la frente que no aprobaría ni Dennis Rodman. Aunque no es el único que los lleva, todos sus compañeros sacerdotes hacen uso de él (no será para pasar disimulados).
Es este un western vampírico futurista-postapocalíptico, tras una larga y dura lucha entre los humanos y vampiros, en la que estos últimos parecía ser que habían sido erradicados y ya no eran un peligro para la población, o eso decía la Iglesia. Población que vive en ciudades amuralladas en las que el sol no se ve y gobernadas, otras vez, por la Iglesia. Sí amigos, la Iglesia vuelve a ser la que manda, y los designios del Señor siguen siendo inescrutables (tal vez por eso de que el sol no se ve). Estos gobernantes religiosos tienen un poder que ríete tú de la Inquisición.
Es entonces cuando unos vampiros muy malos deciden secuestrar a una chica y el sacerdote protagonista decide ir en su ayuda con un cowboy local. Entonces ya tenemos la típica película de acción basada en encontrar a una secuestrada, que si reparto hostias por aquí porque quiero que me digas dónde está, que si me mosqueo porque quiero rescatarla con buena salud y no quiero que muera, etc.
Se podría decir que todo es un refrito de otras películas, aunque tiene cosas positivas, por supuesto. Una de ellas es la duración, que no llega a los 80 minutos de película, así que por lo menos se va a sufrir delante de la pantalla. Otra de ellas es que Bettany se toma sus papeles en serio (dentro de lo que cabe), ya era lo mejor de Legión y aquí vuelve a ser de lo mejor. Tiene escenas de acción bastante buenas, pero esto es lo mínimo exigible si el guión no está para alardes.
Por contra está lo típico, el guión, que no aporta nada nuevo y la manera con la que se soluciona todo (spoiler). Pero no hay que pedirle peras al olmo, es bastante mejor que Legión (aunque no sea muy meritorio) y sirve para matar el tiempo sin luego tener remordimientos, se olvidará fácilmente.
El mérito de esta curiosa película de modesto presupuesto es la recreación de un mundo que integra distintos tiempos y estéticas donde conviven la ciencia ficción, el horror vampírico y el western.
La historia se inicia en un sombrío mundo futuro con la gente encerrada en ciudades donde el poder absoluto descansa en clérigos de una Iglesia que promete seguridad y trabajo a sus desanimados habitantes, quienes sobreviven en oscuros lugares donde la pobreza es moneda corriente. Afuera de esto existen los páramos, espacios lejos del control dominante intramuros. En ese exterior, pululan bandidos incontrolables que asuelan a los pocos habitantes que aún insisten en sembrar la tierra y donde los sheriff hacen lo que pueden. Y digo sheriff, porque -a diferencia de las ciudades regidas por jerarquías eclesiásticas que manipulan a sus seguidores desde futuristas pantallas gigantes al estilo Gran Hermano- en los bordes, más allá de las murallas, existen pequeñas poblaciones con nombres bíblicos, donde el tiempo parece detenido en las legendarias épocas del western.
Cuando somos conscientes de estos contrastes entre el afuera y el adentro, ya un dibujo animado nos ha contado la historia de un pasado común, donde los vampiros fueron el peor de los males para la humanidad. Para combatirlos, la Iglesia creó un ejército especial de sacerdotes guerreros (los Priest), que se identificaron con el tatuaje de una cruz en el rostro. Cuando el enemigo fue reducido y confinado a reducciones afuera de las ciudades, los antiguos guerreros religiosos ya no fueron necesarios y se mezclaron con la gente. No fueron premiados por sus antiguos servicios, sino destinados a tareas menos honrosas como la de ocuparse de los residuos y subproductos de ese mundo urbano.
El héroe de la historia (Paul Bettany) es uno de esos ex combatientes relegados, una especie de cruzado medieval con toques heavy en su atuendo: ropas negras, tatuaje, borcegos y motocicleta poderosa como una nave espacial.
La acción se dispara cuando el protagonista (exguerrero de la excruzada antivampiro) se entera de que extramuros, una sobrina suya fue raptada por desconocidos y el resto de su familia masacrada. Su intuición le indica que ese accionar solamente puede provenir de los enemigos aniquilados, es decir, que los vampiros han vuelto a la acción aunque con sus necesarias vueltas de tuerca, explicadas en el spoiler.