El ruiseñor de las cumbres
Sinopsis de la película
Joselito es un pastorcillo que vive feliz cuidando de sus ovejas en las montañas. De vez en cuando baja al pueblo donde viven sus padres, su madre siempre lo espera pero su padre no está nunca. Cuando Joselito descubre la verdadera razón de esta ausencia (su padre se gasta todo el dinero que el chico lleva a casa en borracheras) decide abandonarlo todo. Entonces se asocia con Pepino, un simpático pícaro que cree que la voz del pastorcillo les va a proporcionar mucho dinero.
Detalles de la película
- Titulo Original: El ruiseñor de las cumbres
- Año: 1958
- Duración: 86
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te añadimos un listado de opciones de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
3.7
88 valoraciones en total
Vale, la historia inicial será tierna, social y todo lo que tú quieras. Pero todo eso está mal desarrollado y a los pocos minutos dan ganas de pegarle un tiro a la tele. No comprendo como hay gente que hoy en día les siguen gustando todos los truños casposos y ñoños que hizo este engendrillo allá por los primeros años del franquismo. Es más insoportable que Jim Carrey. Lo que hace no es cantar, sino berrear. Cada vez que abre la boca no hace más que destrozarte los tímpanos con sus chillidos. Entran unas ganas locas de meterse en la pantalla y arrancarle las cuerdas vocales al crío para que al menos calladito esté más guapo. Da asco, la verdad.
De acuerdo, seré una desalmada que no tiene ni idea de la nostalgia de esa época. Pero por favor, seamos inteligentes de una vez. Puestos a hablar de cine español nostálgico yo prefiero Pepi Luci Bom antes que esta casposidad.
Pues no pidamos peras al olmo. Nuestro niño cantor por antonomasia, junto a Marisol, se sube a las cumbres y hace lo que mejor hace: cantar. Porque mira que canta bien este pequeñín, de verdad.
Además, tiene un acierto: que el personaje de Joselito es simpático y agradable, y no repelente, cosa que se agradece para el bien de la trama. Así, este niño pastor, que es inocente y muy bueno, descubrirá la verdad sobre sus padres y decidirá recorrer el mundo en busca de dinero acompañado de un pícaro con el corazón de oro a quien ayudará, por su natural instinto bondadoso, a enmendar su vida. Todo muy tierno y simple, pero, oye, resultón y efectivo, que a mi este Pepino me ha emocionado.
El repertorio de canciones no es que sea muy llamativo, pero, bueno, con esa voz, todo suena estupendo, mi favorita, la ranchera.
No seamos tan duros, ¿no?
Joselito es un niño nacido en el seno de una familia desestructurada: su padre, alcohólico, le obliga a trabajar de sol a sol para costearle sus vicios con la bebida. Hasta aquí, el argumento bien podría parecer el de una película de Ken Loach pero… ¡de repente aparecen las canciones, los números musicales, la voz estridente de Joselito para convertir este drama social en un musical pastoril cutre hasta la médula! Ni siquiera la presencia de un mendigo, dado también a la bebida, que adopta al pequeño ruiseñor de las cumbres para explotar su garganta por las fiestas de los pueblos colindantes, salvan a esta película del patetismo (o paletismo ) typical spanish .
En Villahonda Joselito pastorea las ovejas con la única compañía de su tío que con 25 años lleva boina ¡ ojo ¡ que debiera volverse a poner de moda entre la juventud en mi opinión . Y pues lo lógico a la que menos te la esperas nuestro ruiseñor nos canta como sólo él sabe hacerlo , una maravilla . Entre gorgorito y gorgorito hace una imagen para una iglesia semiderruida que hay por ahí y sirve de refugio para un vagabundo que no es otro que el gran Roberto Camardiel , soberbio como siempre . Pipino o sea Camardiel va de feria en feria como falso ciego pidiendo y cuál Ceo de Microsoft o Inditex ve un negocio con el ruiseñor cantarin . A fe que lo consigue , pero para ello ha de convencer al niño con argucias sentimentales . pero ya se sabe como son éstas cosas en estas películas , el roce hace el cariño y hacen la pareja perfecta . En aquellas cumbres dejadas de la mano de Dios sueñan con ir a una gran feria la de Benamejí pueblo de Huelva grandecito pero que para ellos es como para un paleto ir a Nueva York o para un nuevo rico . Todos ven en el niño la gallina de los huevos de oro pero el elegirá ya que sus padres están peleados por culpa de la afición paterna por el alcohol y sus malas consecuencias.. Un dramón vamos. Es todo un documento histórico de la época y el nacionalcatolicismo sobrevuela la cinta como ha de ser además . Bonita película sin pretensiones intelectuales ni falta que le hace.
Ésta es la última entrega de la peculiar trilogía del ruiseñor, para el lucimiento personal del niño prodigio de la canción española Joselito. El ruiseñor de las cumbres es un drama musical de argumento tan débil, que es un mero pretexto para hilvanar temas, uno detrás de otro. De todos ellos me quedo con la ranchera que canta en la taberna del pueblo. Por lo demás, Joselito se interpreta a sí mismo, convertido en un pastor que se fuga de casa con un mendigo guitarrero que aunque al principio lo quiere para sacarse unos duros con su voz, al final le acaba cogiendo al chico el cariño de un segundo padre. Lo malo es que el muchacho ya tiene familia, no sé si desestructurada pero sí aquejada de una violencia de género, que de este modo se está denunciando.
Como pasa en otras ocasiones, la película puede que sea mala, más bien se queda en regular teniendo en cuanto su mensaje bienintencionado y su repertorio musical, pero no deja de ser un documento histórico de la España de los años 50, 1958 para ser precisos. El caso es que el catolicismo está presente en todos los rincones, y sin embargo, apenas se saben las oraciones básicas, o lo que es peor desde el punto de vista ortodoxo, la religión es compaginada con la supersticiones más ancestrales, como puede ser el culto a las herraduras, sin que esto se considerase un problema para el régimen, ni para la Iglesia, ni para las gentes. Siguiendo con la tradición, observad como ésta se abre a la modernidad: en medio de la feria del pueblo, una nevera con Coca-Colas.