Caza salvaje
Sinopsis de la película
En 1931, en el territorio del Yukón (Canadá), Albert Johnson (Charles Bronson), un trampero que vive en las montañas, se busca la enemistad de un poblado al rescatar un perro moribundo. El dueño del perro logra reunir un numeroso grupo para acabar con Johnson al considerar que se lo ha robado, pero en el encuentro con el trampero muere un hombre. Al final, el sargento Edgar Millen (Lee Marvin) y un cabo, ambos de la Policía Montada del Canadá, tendrán que comandar una partida de hombres para dar caza al trampero.
Detalles de la película
- Titulo Original: Death Hunt
- Año: 1981
- Duración: 97
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargar una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te añadimos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
6.1
83 valoraciones en total
Caza Salvaje es una película de aventuras con cierto aroma clásico y un regustillo, por favor no se escandalicen, peckinpahriano. Predecesora de Acorralado y con llamativas irregularidades en el guión, tiene cierto encanto y algunos aciertos, como la actuación de Charles Bronson o algunas tomas (los primeros planos del fugitivo corriendo).
Charles Bronson es un fugitivo que no huye porque no tiene a donde ir.
Lee Marvin es un policía que empatiza con Charlie pero que debe hacer cumplir la ley.
Dicha la sinopsis más corta posible sobre esta cinta, solo queda disfrutar de un recomendable entretenimiento sin pretensiones, con cierto ritmo y de consumo fácil.
La obra comienza con una presentación de lugares e individuos que no desagrada, continua con un planteamiento relamido pero eficaz y conforme avanza no puedes evitar pensar: Con la nota tan baja que tiene, se tiene que ir a la mierda en cualquier momento . Pero… ¡SORPRESA! No es así. El film tiene oficio, equilibrio y agrada con algunas escenas y detalles interesantes.
Alardea de cierta riqueza de personajes tan inesperada como sencilla (mola ver a Apollo Creed en medio de la nieve), la banda sonora acompaña correctamente, los impresionantes paisajes se convierten en un elemento clave (aunque no es por mérito de los realizadores) y sorprende con unos planos aéreos bastante trabajados.
Eso sí, adolece de escenas y algunas pinceladas a la par facilonas y típicas y el montaje en ciertos momentos es cochambroso. Pero no le puedes pedir más a una cinta hecha para el mero pasatiempo que utiliza como principales bazas a sus, otrora, grandes intérpretes. No es una peli buena, es una peli entretenida.
Si aún no tienes ganas de verla, deberías tener en cuenta que Charles Bronson sonríe (SÍ, es cierto, algunos pensábamos que no podía hacerlo), juega con raquetas, da la bienvenida con frases lapidarias como solo él sabe, resiste el fuego, ejerce de veterinario… toda una joya.
Historia sobre tipos duros, de esos que no necesitan hormonas ni batidos proteínicos para partirte la mandíbula de un puñetazo. Y es que tesoros como Charles Bronson o Lee Marvin ya no son posibles en el cine andrógino de hoy. Por eso ver durante hora y media los paisajes de Yukon, acompañados de esos dos elementos merece más que la pena, es casi una obligación moral, sobre todo cuando se prepara el cisco padre por un perro. Por motivos menos nobles ha matado y mata el hombre.
La película es del 81, pero los diálogos son de la época clásica, secos, sinceros, sin adornos. En el retrato de los personajes no se anda con emotivismos ni con concesiones pueriles. Con una dirección más esmerada y con un final menos contemplativo es muy posible que hubiera sido una pequeña joya, pero el resultado final por lo menos da para una película que reivindica que lo más salvaje que hay entre el mundo de las bestias sigue siendo el ser humano con diferencia.
Cine crepuscular a tope.
Nota: 6,1.
¿Buscan un trabajo poco molestoso , que diría el genial Cantinflas? El de doblador de Charles Bronson no está mal. Y no me refiero a las escenas de acción sino al parole parole. Bronson, especialista en silencios prolongados, se camufla en el paisaje del Yukon canadiense donde los blancos nieve únicamente son rotos por los rojos sangre, al tiempo que huye de una horda de descerebrados.
Al frente de esa jauría de neuronas en mal estado, la coherencia se personifica en Lee Marvin, donde, en otro de sus personajes típicos, bañando sus integridades en whisky, trata de poner orden en un cotarro de resentimientos y venganzas. Cine de acción, sinónimo de entretenimiento, donde se manifiesta una vez más ese espíritu bronsiano tan conocido de yo soy la justicia (película, por cierto, también de 1981). Cine que, sin detenerse mas del tiempo preciso en nuestras células cinéfilas nos deja un sabor lo suficientemente agradable como para dar por aceptablemente empleado el tiempo frente a la pantalla.
Película de reencuentros, Bronson-Marvin, tras Doce del patíbulo y Marvin-Angie Dickinson post A quemarropa. La presencia de Angie como alegre viuda de trampero no deja de ser puramente testimonial pero se agradece una cara hermosa entre tanto aspirante a cadáver. Y hablando de hermosura, la fotografía y en especial las tomas aéreas suponen un atractivo más a un film que, aunque repite esas viejas canciones del dúo Marvin-Bronson ( y no estoy pensando precisamente en la ciudad sin nombre) se ve con interés.
Arranca con una pelea de perros en algún lugar del Yukón en el año 1931 (en plena depresión pos crack del 29), cuyos dueños son duros tramperos de la zona que los están utilizando en una pelea con apuestas de por medio y la intromisión en esta de un tipo llegado a caballo que coge al perro perdedor y ante la mala reacción de su dueño, le voltea y le pisa la cabeza mientras le da 200 dólares por el perro y se va por donde ha venido, dejando al dueño del perro muy cabreado y rumiando venganza.
A partir de aquí y resaltado por una buena fotografía y los magníficos paisajes, tenemos una buena historia de venganzas y aventuras, de esas con inconfundible aroma a Jack London y basada en el parecer caso real que se cuenta en el libro The Mad Trapper Of Rat River: A True Story Of Canadas Biggest Manhunt escrito por Dick North (que yo sepa no está editado en español), en base a la recia y bien filmada película de acción que supone la persecución por parte del sargento de la policía montada del Canadá, Edgar Millen (Lee Marvin) y un numeroso grupo de jinetes (entre 10 y 15), entre los que se encuentran el dueño del perro, Hazel (Ed Lauter) y sus secuaces, estos últimos decididos a acabar a toda costa con el hierático, duro y silencioso (apenas habla durante toda la película) Albert Johnson (Charles Bronson), ya que no pudieron hacerlo en un primer intento a traición y que ahora con la falsa acusación de asesinato (defensa propia en realidad) cuando los planto cara antes de tirarse al monte, ven cada vez más cerca.
Súmese a todo esto la existencia de un trampero loco arranca los dientes a sus victimas después de matarlas y un final de esos por su camino y tenemos una buena, recia y muy entretenida película de acción.
Sigue en spoler por falta de espacio: