Buñuel en el laberinto de las tortugas
Sinopsis de la película
París, 1930. Salvador Dalí y Luis Buñuel son las principales figuras del movimiento surrealista, pero Buñuel ve cómo se le cierran todas las puertas después del escandaloso estreno de La edad de oro , su primera película. Sin embargo, su buen amigo, el escultor Ramón Acín, compra un billete de lotería con la loca promesa de que, si gana, pagará el documental que su amigo quiere rodar sobre Las Hurdes, una de las regiones más pobres y olvidadas de España… Película sobre el rodaje en la región extremeña de Las Hurdes, a cargo del maestro Luis Buñuel, de su película Las Hurdes, tierra sin pan , en 1933. Adapta el cómic homónimo de Fermín Solís.
Detalles de la película
- Titulo Original: Buñuel en el laberinto de las tortugas
- Año: 2018
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
7
98 valoraciones en total
El premio especial del jurado en el festival Animation is Film de Los Ángeles (EE.UU.) y el premio Feroz Puerta Oscura al mejor largometraje de la sección oficial el el vigésimo segundo Festival de Málaga.Cine en español, confirman que con Buñuel en el laberinto de las tortugas, estamos ante una de las joyas del cine de animación español.
Animación para un público adulto, con unos trazos que imprimen mucha fuerza a los personajes, con un estilo tradicional.
Todo ello para acercarse a la figura de un joven Buñuel a sus obsesiones y miedos , al Buñuel que intentaba averiguar cual era su lugar en el mundo del cine.
Dirigida por Salvador Simó, está basada en la novela gráfica homónima de Fermín Solís.
La historia gira en torno a la amistad entre el cineasta Luis Buñuel y el pintor y escultor Ramón Acín y el rodaje de la película documental Las Hurdes, Tierra sin pan.
Buñuel después del impacto que supuso su segunda película La Edad de Oro, empezó a ser reconocido en algunos círculos, pero odiado en otros por lo escandaloso de la película, lo que provocó que le cerrasen muchas puertas.
Fotograma de Buñuel en el laberinto de las tortugas.
Deseaba hacer otra película, y encontró inspiración el trabajo de campo de Maurice Legender titulado Las Jurdes : étude de géographie humaine. En este texto se narraba la desoladora situación de miseria que asolaba a los habitantes de Las Hurdes (Caceres).
Su amigo Ramón Acín una noche, en plena exaltación de la amistad le prometió que si le tocaba el Gordo de la lotería de navidad, le financiaba la película, la diosa fortuna les tocó con su varita y Acín cumplió su promesa.
Así que emprendieron rumbo a tierras hurdanas para rodar su documental.
En la película nos muestra como Buñuel, provocó o manipulo algunas escenas para conseguir los fines dramáticos que buscaba.
Nos muestra a un Buñuel buscando su propio camino, intentado alejárse de su anterior compañero de fatigas, Salvador Dalí, pero del que le cuesta mucho desprenderse pues las obsesiones de Dalí se repiten en los sueños de Buñuel.
La película nos enseña a un Buñuel humano, irónico, amigo de sus amigos, aunque sea a sus rudas maneras.
En ocasiones hay situaciones cómicas, que hacen la película mas cercana para todos los públicos no solo para los entusiastas de la obra de Buñuel.
Además de lo bien resuelta que está la historia, cabe destacar la intercalación de fragmentos del documental original, lo que nos indica que para nada es exagerada la historia que aquí se nos cuenta.
Una puesta en escena original que retrata la aventura de Buñuel y su gran amigo Ramón Acín en la tierra olvidada de Las Hurdes, luchando por crear un documental demasiado realista o forzado a ser realista de lo que era la vida en estas agrestes tierras de la Extremadura más remota. Basada en el documental Tierra Sin Pan que al propio Buñuel le costó una vida producir debido al momento personal que vivía en esa época, este film recrea la lucha contra sus fantasmas del pasado y el ser fiel a su estilo o recrear lo que realmente ocurre en la vida real, cueste lo que cueste o no: es una lucha entre la realidad y la ficción. El ir más allá o simplemente lo que ocurre en realidad. Esa es la lucha interna que Buñuel mantiene entre él mismo, y que afectó a su amistad con Ramón Acín, a la postre el productor del documental y al que sin duda se le hace un bonito homenaje con esta película.
Técnicamente es diferente a todo lo visto anteriormente, con un estilo visual que puede o no gustar, es cruda a veces, y tiene golpes de humor, pero es un drama bien construido, aunque no apto para todo tipo de público. Algunos la odiarán y otros la amarán, porque no deja indiferente. ¡Ah! Ojo a la estupenda banda sonora, para mí, lo más sobresaliente de todo el conjunto.
Pero sin dudas, esta Buñuel en el Laberinto de las Tortugas va directa al Goya de animación, y quién sabe si también hasta la mejor banda sonora.
Último apunte: cinta producida en mi tierra, Almendralejo.
En 1932 Luis Buñuel rodó en Extremadura su tercer trabajo como director, Las Hurdes, tierra sin pan, una de las películas malditas de su filmografía y documental pionero en nuestro país que retrataba el horror de una provincia castigada por la hambruna. Fermín Solís retrata, en su novela gráfica, un momento decisivo en la vida del director de Calanda, la película es la adaptación en animación de este genial comic.
Después de un rato la película consigue verse como una película de imagen real, olvidándote completamente de la animación por el magnífico guión que tiene. Nos explica cómo después de rodar Perro andaluz y La edad de oro abandona el movimiento surrealista para rodar un documental con un intento claro de escandalizar a la sociedad de aquella época rodando Las Hurdes, tierra sin pan pero el proyecto no fue nada fácil de producir y dirigir. Todo ello gracias a su gran amigo Tomás Acin que después de tocarle la lotería decide producir el film, una gran historia de amistad que refleja muy bien la película.
Acin y Buñuel se embarcar en este periplo y sin abandonar su estilo revolucionario y contradictorio el director creó un documental un tanto manipulado para conseguir darle ese toque surrealista que quiso mostrar.
Salvador Simó Busom dirige esta pequeña joya que consigue transmitir muy bien las inquietudes de este genial director aragonés en la que también mezcla escenas del documental para darle un mayor impacto emocional.
La película se estrenará el 26 de abril, el mismo día que se estrenó Las Hurdes, tierra sin pan en 1933 en Madrid. Yo he podido verla en el Festival de cine de Málaga y a sido de los mejores films sin ninguna duda proyectados en el certamen.
Destino Arrakis.com
Es aconsejable aunque no imprescindible haber visto el documental Las Hurdes, tierra sin pan antes de ver esta película, ya que trata de su rodaje. Sobre Las Hurdes se ha discutido mucho si es documental, docuficción, etnoficción… yo siempre lo he considerado el primer mockumentary de la historia, pero en esta película, que parece muy bien documentada, no se trata para nada el aspecto paródico, así que, quién sabe.
Solo un aviso para quien no haya visto Las Hurdes : es de sobras conocido que no hubiera logrado el visto bueno de la American Humane Association, lo de ningún animal sufrió daños durante el rodaje .
Esta película es la versión en cine de un cómic de 2008 del autor Fermín Solís, cuya principal gracia es acercarnos a la figura de Buñuel, a estas alturas, justificadamente, muy mitificada, bajándolo a la tierra y mostrando su lado cotidiano. Sospecho que para este fin también se ha modernizado un poco el lenguaje, al menos a mí se me ha erizado el pelo al escuchar a Buñuel llamar nenaza a Ramón Acín, productor de Las Hurdes .
Precisamente la amistad entre Buñuel y Acín forma, aún más que fantasmas paternales y dalinianos, el núcleo emocional de la película. Equilibradas dosis de humor y emotividad hacen que esta sea la cinta de animación española más recomendable desde Arrugas .
Gustará a: Robert J. Flaherty, Loterías y Apuestas del Estado, almendralejenses
No gustará a: fascistas, Dalí, animales en general
Pocos dudan de que el aragonés Luis Buñuel (1900-1983) es uno de los grandes genios del cine. Sin embargo, dada su atípica trayectoria cinematográfica, desarrollada en tres países diferentes – Francia, España y México – pocos caen en la cuenta de que se trata de uno de los exponentes más inclasificables y heterogéneos de lo que algunas veces ha venido en llamarse Edad de Plata de la cultura española o la vertiente cinéfila y universal de la Generación del 27. Pero como dijo su coetáneo Max Aub (1903-1972), otro singular y ecléctico ejemplo de la diáspora cultural española: uno es de dónde cursa el bachillerato. Resulta evidente que la aparente contradicción entre su innegable realismo y sus inmoderados toques surrealistas son una aportación única en su género, de raíz netamente española. Pero se nos olvida, porque somos desagradecidos con todos aquellos que encuentran la fama más allá de las fronteras nacionales.
No sé si la presente obra le hace justicia a la personalidad ‘histórica’ de Luis Buñuel. Pero en cualquier caso abre una muy interesante reflexión sobre lo que es – o puede llegar a ser – un documental, tanto en su planteamiento como en su realización. Al igual que siembra serias dudas sobre la verdad (o veracidad) de unas imágenes que, no por ciertas o posibles, fueron manipuladas a conciencia por su director con el fin de causar un mayor impacto para provocar la necesaria intervención política y social para remediar el atraso en que vivía sumida una región española a comienzo de los años treinta del siglo XX. La falta de empatía y compasión hacia las personas y hacia los animales hoy nos puede parecer incomprensible e inadmisible, pero debe verse con los ojos de entonces para no sacar conclusiones erradas ni perder de vista que lo que Buñuel trataba de crear con Las Hurdes. Tierra sin pan (1933) era un panfleto de denuncia. Y como tal, permanece como uno de los iconos de referencia del séptimo arte.
Nos encontramos con un ejemplar cine de animación dirigido a un público adulto e ilustrado, capaz de entrever, más allá de las impactantes imágenes, el objetivo perseguido: ayudar a que unas personas, ciudadanos españoles, dejaran atrás el siglo XIX y pudieran beneficiarse de las mejoras en la sanidad, educación y cultura de las que gozaban sus demás compatriotas de otras latitudes. Sin embargo, el cine nos repite y devuelve, una y otra vez, las imágenes rodadas entonces – no sin artimañas ni desafueros – convirtiendo en leyenda inalterable lo mismo que se denuncia.
Sin ser una gran obra, lo mejor es la reflexión que provee: ¿Hasta dónde podemos o debemos llegar cuando denunciamos una injusticia?