Blackwood
Sinopsis de la película
Cinco chicas problemáticas se ven obligadas a acogerse a un programa experimental de enseñanza, impartido por la enigmática Madame Duret (Uma Thurman) en el internado Blackwood. Pronto empiezan a mostrar talentos singulares que no sabían que poseían, y a tener extraños sueños, visiones y lagunas de memoria. Cuando la frontera entre realidad y sueño comienza a hacerse demasiado difusa, todas comprenden al fin el motivo por el que han sido llamadas a Blackwood. Aunque puede que ya sea tarde…
Detalles de la película
- Titulo Original: Down a Dark Hall aka
- Año: 2018
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
4.6
79 valoraciones en total
Lo siento de verdad porque me encanta Rodrigo Cortes y escucharlo hablar de cine es una delicia pero esta película a mi me ha parecido muy , muy , mala.
La historia parte con cierto interés que mantiene únicamente hasta el mismo momento en el que la luz desaparece y la película continua en una incómoda penumbra, es decir unos 10 o 15 minutos. Ahi todo se viene irremediablemente abajo. A Uma Thurman el papel le queda mucho peor que el mono amarillo de Kill Bill y se le ven las costuras por todos los lados, además el corte de pelo y el acentazo ( creo que francés) en el doblaje acaban de destrozar sus improbos esfuerzos. El guión esta deslabazado y bordea el ridículo constantemente. No conocemos nada del profesorado o del personal de Blackwood que tan siquiera parecen una banda de frikis descerebrados, sino más bien unos becarios talluditos que acaben de aprobar una oposición y les haya tocado esta institución como destino. No se sabe que pasa con la posesión de una de las chicas, ni quien la posee ni porque y del resto de las protagonistas no hay ni una triste pincelada sobre su personalidad. La negrura física ( falta de luz) así como la intelectual ( guión) e incluso de continuidad y montaje ( la peli va dando saltos y los nexos que debieran unificar la historia se han debido perder en la sala de montaje) acaban por hundir hasta el abismo del olvido este pequeño engendro fantasmal.
No voy a defender esta chapuza de Rodrigo Cortés solo porque sea español y porque le salieran muy bien Enterrado y Luces rojas. Lo que es malo no se puede justificar ni queriendo ser benevolente.
Este thriller de terror no tiene suspense ni miedo. De hecho, se puede calificar con muchos no. No funciona ni como cinta de género ni ya como película, pues aburre. No actúan bien. No tiene coherencia. No entretiene. No aprovecha sus cartas. No asusta. No engancha. Y así podríamos seguir negación tras negación.
Prácticamente nada se puede salvar. Es que tiene tantos fallos que no sé ni por dónde empezar y aun así seguramente me deje algunos en el tintero.
Por ejemplo, Uma Thurman, con ese horrible acento francés (al menos en el doblaje español suena bastante mal y forzado), una gran actriz que lleva años sin hacer nada destacable. Cortés la rescata, le da un personaje interesante, y al final la desaprovecha minimizando su presencia en pantalla y dándole unas motivaciones patéticas y poco creíbles.
El montaje es de aficionado de tercera. He visto cortos en Youtube mucho mejor hechos. Los cambios de plano y contraplano están fatal, con fallos de continuidad por doquier (el típico cigarrillo que cambia de mano y postura, por ejemplo). Por no hablar de esos cortes bruscos de una cosa a otra, como si la hubieran hecho con prisas y con la idea de hacer la película lo más corta posible. Ver sección de spoilers.
Y eso es otra. Da igual que sea bastante corta, que se hace larga. El argumento tiene menos ritmo que un canto gregoriano puesto con menos revoluciones. Tenemos una presentación de personajes y entorno que dura más de la mitad del film. Y luego arranca y es que tampoco tiene nada que rascar, con lo cual da lo mismo. Llega el final y parece que les entra la prisa. ¡Muy mal, Rodrigo!
Para colmo, ya que no asusta por lo menos podría enganchar por la intriga. Pues bien, lo que pasa en esta residencia es más fácil de prever que el final de Titanic. Se ve venir porque te lo dan todo tan mascado que el que no lo averigüe es porque ha visto menos cine que un condenado a cadena perpetua.
Todo eso ya la invalida, pero por si quedara alguna duda de lo mala que es, todavía me faltan dos cosas por comentar, ya para terminar.
Primero: El baile fantasmal. ¿Pero en qué escuela de cine ha estudiado este hombre, por Dios? No se puede pretender hacer una película de miedo y filmar una escena tan ridícula, patética, de vergüenza ajena y de comedia involuntaria. Y luego lo quiere arreglar con el tipo ese que grita, mientras vemos a los otros marcarse un vals por parejas al son de una música de piano con la que ni siquiera se han molestado en hacer una coreografía que tenga coherencia con lo que suena. Una secuencia absolutamente lamentable. Aunque todo lo demás estuviera bien (que no lo está), ya solo por esto no me gusta la película. Está al nivel de la peineta del hombre lobo en Cursed o las balas que giran de Wanted. A la porra la suspensión de incredulidad. Hasta las peores adaptaciones de serie B de Stephen King logran más credibilidad que esto.
Segundo y último: La fotografía no la ha hecho Janusz Kaminski precisamente. ¡Horror! ¡Espanto! ¡Miedo! Sí, eso es lo que da, pero por lo malo. Vamos a ver, señor Cortés. ¡Esta película no se ve, se sufre! Parece un film audiodescrito para ciegos. No hay luz. Está todo más negro que los pensamientos de Daredevil. Si quieres saber lo que es jugar con la oscuridad para dar miedo, aprende de Los otros de Amenábar. ¡Qué caramba! Hasta Nunca apagues la luz se ve mejor que esto y aprovecha mejor la idea de que haya poca iluminación. Si no quieres mostrar los fantasmas hasta el último momento, vale, pero es que no podemos ver lo demás. Pero Cortés no se conforma con hacer esto tan mal, sino que encima va y contrata a un cámara con epilepsia o Parkinson, porque está todo el rato moviéndose y temblando. ¡Se ve todo muy mal!
En fin, es muy mala. Corto ya, que me he enrollado demasiado, pero es sobre todo porque estoy viendo por ahí unas buenas críticas que, sinceramente, creo que no se merece para nada. Si el director fuera estadounidense ¿hablarían tan bien de la película? Lo dudo.
Nos encontramos ante una maquiavélica y singular Uma Thurman, que entrega todo su gran potencial, descubriéndonos que el talento jamás es gratuito.
Nebuloso trabajo que deriva hacia una desesperación enfermiza, de brillante puesta en escena, cuya ambientación sobresaliente, desea mostrarse cómplice con el espectador, entregando una historia trillada, aunque técnicamente, bien ejecutada.
Llega a nuestras pantallas la última película del director gallego Rodrigo Cortés, quien en su cuarto largometraje se le empieza a ver un auténtico potencial para películas de gran presupuesto con producción americana. El que empezaba con una cinta de crítica social como era Concursante (2007), mostrara al gran público una película que a grandes rasgos era más experimental que otra cosa como Buried (2010) y que supiera manejar a un reparto repleto de estrellas en Luces Rojas (2012), hace ver en perspectiva que este director está a una sola película de dar el campanazo. ¿Esa película es Blackwood? Yo creo que no.
Kit, es una adolescente con problemas de actitud. Su madre, harta de su comportamiento la inscribe en un muy exclusivo internado. Ahí conoce a otras cuatro chicas con sus mismos problemas. Madame Duret las motiva para, ayudándose de los estudios, sacar lo mejor de si mismas y así ocurre al principio. Pero Kit sabe que hay algo raro en la velocidad de aprendizaje que están teniendo.
La cinta, que es una adaptación de una novela de Lois Duncan, nos cuenta bajo una atmósfera gótica y oscura, y bajo un argumento de terror, la excesiva presión que se le ejerce a los jóvenes para ser siempre los mejores en su campo. La película pasa de puntillas sobre este tema, pero me parecía muy interesante los trabajos forzados que tienen que hacer las chicas 24 horas al día para mejorar sus habilidades, y cómo son rápidamente descartadas si no cumplen las expectativas que se les han impuesto. En cambio en Blackwood, tenemos una historia de pseudo-fantasmas bastante insípida e impersonal que no logra enganchar al espectador. Además el argumento pierde cualquier interés que el espectador pueda tener cuando se resuelve todo enigma y ves como, a parte de que nada tiene demasiado sentido es bastante estúpido.
Pero donde más duele es en el trabajo de Rodrigo Cortés, y es que es su trabajo el que logra salvar la película del desastre, su trabajo sobrio y elegante encaja perfectamente con la atmósfera y la fotografía (gran trabajo de Jarin Blaschke) pero todo se viene abajo con los malditos jump scares, ese recurso tan fácil como gratuito que las películas de terror mainstream de los últimos cinco años me han hecho odiarlos de manera visceral. En Blackwood hay un buen número de ellos, y aunque no es tan escandaloso como en otras cintas, se las podrían haber ahorrado todas ellas por innecesarias. Donde tampoco me gustó la dirección es en su último cuarto, una vez ya no hay misterio en el argumento la película se torna demasiado imprecisa, la cámara va de un lado para otro, ocurren demasiadas cosas en muy poco tiempo y su final, bastante ridículo, no deja un buen sabor de boca al espectador. Tal vez si durante la cinta nos se hubiera preocupado de que nos importen mínimamente los personajes, no sería necesario tanto fuego artificial para captar la atención.
En el reparto destaca la ya veterana Uma Thurman (Kill Bill, Pulp Fiction) con un peculiar acento francés que, una vez vista la cinta todavía no sé si quedó auténtico o ridículo. Buen trabajo de su protagonista AnnaSophia Robb (Charlie y la fábrica de chocolate), el único personaje que, con un poco de esfuerzo, puede llegar a interesar.
La cinta tiene algunos aciertos, como decía, su dirección en los tres primeros cuartos de la cinta son para destacar, y celebro el nulo problema en matar a personajes que en otras películas sobrevivirían, pero es una cinta que no destaca por mucho más, no tiene mucho que resaltar ni ofrece una mirada original a nada. Tal vez tengamos la edad equivocada.
http://www.terrorweekend.com/2018/07/blackwood-review.html
Con su cuarta película, el salmantino Rodrigo Cortés explora el suspense pausado, el ritmo hitchcockiano (niano niano) y el temple de Polansky.
No obstante, la ausencia de una mayor duración, evita que conozcamos más y mejor a los personajes, sus transformaciones a lo largo de la película y el porqué de algunas decisiones que toman (ver en zona spoiler).
La subexposición de la fotografía me encanta, así como las actuaciones, el tratamiento del sonido y algunas secuencias reseñables por las que me quito el sombrero ante el director, pero el sabor tras el visionado resulta insuficiente. Vale que el espectador debe reflexionar y sacar sus conclusiones, pero ante una película con un argumento tan marcado y definido, creo que no debería haber tantas dudas en los títulos de crédito.
Por tanto, para mi el mayor fallo está en los agujeros de guion. Recomiendo que, tras la película, se mire/escuche el programa Todopoderosos dedicado a esta (en el cual participa el propio Cortés), ya que aclara algunas de esas dudas y, sobre todo, sirve para saborear mejor algunos momentos.