Alfred J. Kwak (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (1989-1991). 52 episodios. El pato Alfred J. Kwak, tras la muerte de sus padres es criado por un topo llamado Henk. A pesar de tratarse de una serie dirigida a un público infantil, Alfred J. Kwak aborda ocasionalmente temas maduros y muchas veces dramáticos. Es también destacable por el tratamientos de temas políticos. Alfred lucha contra un político homicida (un cuervo que representa al nazismo). También se tratan temas como el apartheid de Sudáfrica, el ecologismo o la transición de una monarquía absoluta a una monarquía constitucional.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alfred J. Kwak (Chiisana Ahiru no ooki na ai no monogatari ahiru no Quack) (TV Series)
- Año: 1989
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
5.7
56 valoraciones en total
He de reconocer que de niño me gustaba, pero me gustaba como tantas otras, cualquier serie de dibujos animados me la tragaba y me enganchaba por muy mala que fuera.
La diferencia de esta serie es su contenido político y su orientaciòn a manipular desde niños a toda una generación y esto es muy grave, esta serie es la prueba de que desde infantes empiezan a robarnos nuestra libertad y ha enseñarnos como debemos de pensar y que esta bien y que esta mal.
En fin, esta es mi visión actual de esta serie de mi infancia que tan buenos recuerdos me traía y que al volver a verla me ha dejado mas que indignado y más convencido de que soy un mero títere de algo que no comprendo.
Un triste recuerdo.
Esta es la mejor serie infantil de la historia. Todas las personas que conozco que aún recuerdan esta serie y se declaran fans, son grandes seres humanos, entre los mejores que conozco.
Y la música mola que no es normal.
La verdad es que no se por qué escribo esta crítica porque el chico que ha relatado su vuelta a la infancia al revisionar la serie… pues ha dicho todo. Yo, al reencontrar la serie entre cintas y en internet… he llorado varias veces. Y la primera vez que mis oidos volvieron a oir su musiquita me recorrio un escalofrío.
Y lo cierto es que creo que en gran medida le debo a esta serie quien soy hoy, mi sentido de la justicia y la amistad, y cuales son ahora mis valores.
NO ME ENTRA EN LA CABEZA COMO TIENE UN 5.4 DE MEDIA.
Hace unos pocos días estaba en casa de un amigo con otros colegas. Allí, después de entusiasmarnos con Europa de Trier, empezamos a bucear por Youtube. Nos dio por buscar intros de series de nuestra infancia para reír bromas del pasado, al final llegamos más allá durante la siguiente hora.
A principio encontramos las típicas series que todos buscamos al instante: Chicho Terremoto, Bola de Dragón, los caballeros del Zodiaco. Poco después, escarbando en nuestra memoria, fuimos topando pretextos, casi olvidados, con los que saboreamos nuestra libertad a base de mordiscos al bocata de queso y sorbitos finos al colacao de la abuela. En este instante llegó Alfred.
Como si nunca se hubiese ido, se reflejó en nuestras retinas la carátula que veíamos en la pantalla. Nos fascinó encontrarlo en tan distinguida plataforma, con su bufanda enroscada al cuello, sus zambullidos por el mar, el topito remangándose la torpeza y abrazando su orfandad.
Fran apretó el play… el primer acorde de la sintonía se aposentó en nuestros oídos. Recordábamos la serie, algunos mejor que otros, pero según avanzaba la canción, nuestra melancolía aumentaba, mientras sonaban las primeras estrofas nos introdujimos bajo la nostalgia de nuestros 5 ó 6 años.
Cuando terminó el video, miramos nuestras estúpidas sonrisas, fijándonos, asombrados, en el brillo de nuestros ojos. En sus rostros veía una mezcla de inocencia recuperada y tristeza al recordar lo maravilloso de la niñez. No estaba viendo a mis amigos veinteañeros con problemas de veinteañeros, estaba observando a niños adictos al amigo Kwak, locos por su encanto, su amabilidad, sus lecciones sobre cómo se debe aprender a vivir, henchidos de empatía por el eco de sus penas y soportes a varios de sus apoyos. Una serie con mayúsculas que sacó lo mejor que había en nuestra generación.
No sé si ellos vieron lo mismo en mí, pero os aseguro (no se lo contéis a nadie, me da vergüenza) que mientras veía el video me sentí otra vez como aquel niño asustado que deseaba quedarse en casa con su madre, viendo los dibujos de Alfred J Kwak, antes del colegio. Me gustó el reencuentro con el pasado, aunque sentí cierta angustia cuando al rato volví a mi piso, encendí la luz y recordé que la fragancia de mi madre ya se había ido hace tiempo de los muebles.
Me quedé yo solo mientras retumbaba en mis tímpanos el recuerdo de Alfred, barajamos nuestros miedos y entonando felices el salpica y chapotea, feliz en el agua, no esperes que salga… solo habrá gotitas… Lalaralala…Lalaralala
En el apartado gráfico son simplemente deliciosos: los personajes cuidadísimos, en los que se reconoce una cierta influencia Disney pero para mí gusto mejorados. Los fondos son sublimes y el color inmejorable. Te puedes pasar un rato solo viendo un fotograma.
Y luego el guión. Normalmente estamos acostumbrados a ver dibujos de humor, con más o menos acierto, así que cuando vemos guiones como los de Seb y Paeh ( Como hermanos ) o Alfred J. Kwak, al menos a mí me producen una especie de shock.
Alfred J. Kwak es el pato más humano que he visto nunca, tratando temas como el racismo de una forma nunca antes vista en dibujos animados.
Para terminar recomiendo un juego : busca imágenes en google de Alfred J. Kwak. Luego busca imágenes de Las maravillosas desventuras de Flapjack …